La ampliación de la calzada y construcción de aceras en la carretera provincial DP-0810 entre Guiliade (Betanzos) y Guísamo (Bergondo) en un tramo de menos de un kilómetro, puede que sea la obra con más vicisitudes y retrasos que haya tenido que ejecutar la Diputación en la comarca. En 2005 se acordó la ejecución de expropiaciones para realizar estos trabajos y el organismo provincial notificó en los últimos meses a varios propietarios la reversión de varias parcelas que le había expropiado para ejecutar la obra.

La asistencia técnica contratada en su día por el organismo provincial constató que se expropiaron varios terrenos que no eran necesarios para ejecutar la obra, que experimentó varios modificados a lo largo de los años. Por esa razón inició un proceso de desafectación al calificar de "innecesarias" esas fincas y acordar su reversión al titular.

Esta resolución conlleva la devolución del dinero al organismo provincial. No tendrán que devolverlo los expropiados, ya que en principio esas cantidades estaban constituidas en la Caja General de Depósitos aún. Se trata de fincas valoradas en unos tres mil euros de media, según la valoración del justiprecio.

Los expropiados a los que a hora se les devuelve terrenos pueden presentar un recurso de reposición ante la Diputación si no están de acuerdo o también directamente un recurso contencioso-administrativo ante el juzgado.

El proceso de ampliación y ejecución de aceras en este tramo, que afecta únicamente a Bergondo, se inició en 2005 aunque la solicitud de declaración urgente de ocupación fue en 2006. Entonces se decía que era una obra urgente por las curvas peligrosas, la estrechez de la vía y mal estado de la calzada entre otros.

La Diputación hizo varios proyectos, se presentaron recursos judiciales, hubo cambios en las leyes y el propietario del pazo Villa Julia recurrió el proyecto que obligaba a derribar un muro protegido, la justicia le dio la razón y hubo que dividir la obra en dos fases.