El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, no se cansa de recomendar a los vecinos y visitantes que utilicen la vía ártabra para desplazarse por el municipio y así evitar atascos. ¿Pero este vial permite a los conductores acortar los tiempos de viaje con el tramo que está abierto en la actualidad? LA OPINIÓN ha realizado la prueba con un viaje a Mera para comprobarlo. Utilizar la vía ártabra (actualmente conecta el puerto de Lorbé con la Nacional VI) no ahorra tiempo y supone realizar más kilómetros que si se opta por la carretera de la costa, que discurre por el medio de los núcleos de Santa Cristina y Santa Cruz.

Un viaje entre la plaza de Ourense, en A Coruña, y la playa de Mera por la Nacional VI y por la vía ártabra tiene una duración de 23 minutos. La distancia recorrida es de 22,3 kilómetros. El mismo viaje por la carretera de la costa, por Santa Cruz y Santa Cristina, dura 17 minutos. El coche en este caso debe recorrer 14 kilómetros, ocho menos que si se utiliza la vía ártabra. Estos dos recorridos se realizaron en la jornada de ayer sobre las 13.30 horas.

La carretera de la costa discurre en casi todo su trazado por zonas urbanas. Los principales puntos conflictivos que se encuentran los conductores están ubicados en Santa Cristina, en la rotonda y en los semáforos se suelen formar retenciones, y en Santa Cruz, donde la circulación ha mejorado desde que el Concello habilitó la nueva rotonda en el cruce de la antigua gasolinera, lo que supuso la eliminación de semáforos.

El itinerario de la vía ártabra obliga a ir por la Nacional VI, una carretera con una elevada intensidad de tráfico y en la que se suelen registrar retenciones en O Carballo, especialmente en la rotonda de la urbanización de Mesón da Auga, que ralentiza el tráfico.

Las dos opciones tienen un punto conflictivo en común: el puente de A Pasaxe, donde es frecuente encontrarse con retenciones, especialmente durante el verano. Las colas suelen producirse en el viaducto que permite llegar a la rotonda de Santa Cristina.

La vía ártabra no acaba de atraer usuarios y sigue lejos de las previsiones de la Xunta, que calculaba que la usarían 15.000 vehículos diarios. La realidad es que en el año 2017 la intensidad media diaria de vehículos (IMD) fue de 4.230 en el tramo comprendido entre la variante de Oleiros y O Castelo, según las mediciones realizadas por la Consellería de Infraestruturas e Vivenda. Este dato supone un descenso de casi un 3% respecto a 2016, cuando este vial soportó 4.351 vehículos de media cada día.

El tráfico registrado en la ártabra en sus primeros años de funcionamiento ha sido más bien escaso, aunque hasta 2016 subió progresivamente. En 2017 se produjo una pequeña reducción. El medidor de O Castelo registró una IMD de 2.369 usuarios en 2013, 2.884 en 2014, 3.660 en 2015, 4.351 en 2016 y 4.230 el pasado año.

La alternativa de la vía ártabra mejorará en el momento en el que esté conectada con la Autopista del Atlántico, la AP-9, ya que evitará tener que circular por la Nacional VI. La Xunta licitó este mes la gestión de las expropiaciones para ejecutar el enlace entre la vía ártabra y la autopista AP-9 sin haber recibido el informe preceptivo del Ministerio de Fomento. El Gobierno gallego asegura desde hace meses que trabaja para que esta conexión sea "libre de peaje".

La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, señaló hace unas semanas que "extraoficialmente" la Xunta y el Ministerio de Fomento habían "avanzado" para concretar el enlace de la ártabra con la AP-9, pero matizó que "falta el informe oficial". El Concello de Cambre advirtió de que el tramo de la vía ártabra entre la autopista y la Nacional VI tendrá "peajes".