El Concello de Arteixo inició la semana pasada su nuevo sistema público de recogida de residuos con la instalación de los nuevos contenedores, un servicio que pasará a ser público y dejará de ser gestionado de a través de una empresa privada. Los cinco contenedores que desde ahora en adelante estarán en las calles de Arteixo —vidrio, papel y cartón, envases ligeros, orgánico y fracción resto (aquella en donde se depositarán los residuos que no encajen en las cuatro anteriores o que no se hayan podido separar)— serán el primer paso para que Arteixo sea el primer concello de Galicia adaptado a las normativas europeas que rigen la recogida de residuos.

El Concello de Arteixo se adhirió también al convenio marco que ya tenían 294 concellos de toda Galicia con Sogama con la particularidad de que será el primer ayuntamiento gallego que llevará su material orgánico a la nueva planta de compostaje que acaba de inaugurar el complejo de Cerceda. Mientras el material orgánico sirve para fabricar compost destinado a labores agrícolas, otra planta de Sogama tratará la denominada fraccción resto, que engloba aquellos materiales que no han sido separados en los hogares.

Por otra parte, el gestor Ecovidrio recogerá directamente el vidrio en Arteixo, mientras que la fracción de los envases ligeros será recogida por el gestor Ecoembes. Los nuevos camiones del servicio público de basuras de Arteixo comenzarán a recoger los residuos a partir de la medianoche de mañana miércoles.

La planta de compostaje de Sogama, que inaugurará su servicio con el material orgánico de Arteixo, cuenta con una capacidad para procesar 15.000 toneladas anuales de materia orgánica procedente de los ayuntamientos limítrofes, y tiene previsto producir entre 3.000 y 4.000 toneladas de compost de buena calidad. Su funcionamiento consiste en que una vez que los materiales procedentes de los contenedores de fracción orgánica llegan a la planta se separan mecánicamente los elementos susceptibles de ser reciclados y se introduce la materia orgánica en pilas cerradas a las que se inyecta aire durante un período de entre seis y ocho semanas, facilitando con ello su fermentación y posterior transformación en “compost primario”. Transcurrido este tiempo, el material se traslada a otras pilas con volteo y agitación de aire, adentrándose en la fase de maduración, que dura entre 6 y 10 semanas, dependiendo de factores tales como la temperatura y la humedad. El circuito concluye con el afine final, donde se retiran elementos impropios, acondicionando tres tipos de productos: el rechazo, que no es compost y que se valorizará material o energéticamente; el compost de nivel 1, con estructura gruesa; y el compost de nivel óptimo, con estructura fina, utilizando ambos como enmienda orgánica con interesantes propiedades para la protección de suelos agrícolas.

El recibo baja 30 euros al año

El Concello de Arteixo aprobó en pleno municipal la nueva ordenanza fiscal reguladora de la tasa por el servicio de recogida y tratamiento de residuos, que fija en 98 euros al año la tarifa para las viviendas, frente a los 125,84 que cobraba el servicio privado anterior. El ayuntamiento gestionará de forma pública y con medios propios el servicio de recogida de basuras, lo que tendrá una repercusión directa en las economías domésticas, ya que se reduce en más de un 20% el recibo que están pagando las viviendas de Arteixo. De ahí que Separar custarache menos sea otro de los lemas de la campaña de comunicación asociada al plan de residuos. La nueva imagen corporativa del plan de residuos urbanos ha sido diseñada por Alejandro Vázquez, profesor de comunicación publicitaria en la Universidad de Santiago, y el diseñador gráfico Álvaro Valiño. La identidad comunicativa del plan de residuos tiene como elemento central bajo la palabra Voltear, un lema que persigue indicar a los vecinos, como explica Vázquez, que a los residuos urbanos “hai que darlle a volta, repensar, replantexar, renovarse e… reciclar”. Respecto a la imagen gráfica, elaborada por Valiño en exclusiva para Arteixo, basa su mensaje en los colores y los pictogramas asociados a los cinco contenedores que estarán en las calles del municipio.