La antigua batería de costa de Monticaño, ubicada en la parroquia de Pastoriza, se ha quedado sin sus dos antiaéreos y los restos de un antiguo cañón Vicker que estaban esparcidos en el lugar. El Gobierno local arteixán informó de que el Ministerio de Defensa ha retirado esta semana estas piezas de artillería y las trasladó a la localidad de Astorga, en Castilla y León. El Concello solicitó hace dos años al Gobierno central la retirada de estos elementos de esta bases militar, que en la actualidad está dentro de un parque forestal que tiene muchas visitas durante los meses de verano.

El concejal de Obras y Servicios Municipales, José Ramón Amado, explica que el Ejecutivo municipal pidió el traslado de los cañones porque estaban "oxidados" y no eran "originarios" de Monticaño. La base ahora solo cuenta con un cañón Vicker (fabricado en 1928, según figura en la propia pieza), las instalaciones en las que se cargaban los cañones y el búnker de telemetría.

Monticaño es un testimonio singular de la historia militar española del siglo XX. Esta base nació en la década de 1920 como parte del plan ideado por el Gobierno de Primo de Rivera para defender el golfo Ártabro (el tramo de litoral que va desde a Ferrol a Caión). En la actualidad este antiguo recinto militar se encuentra ubicado dentro de un parque forestal abierto al público que el Concello de Arteixo habilitó después de lograr que el Ministerio de Defensa cediese en el año 1998 el uso del suelo.

La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural ha calificado esta antigua base militar como "un testimonio singular de la historia militar española del siglo XX" que formó parte de "uno de los intentos más ambiciosos" del Gobierno de España de modernizar las defensas militares costeras del país, según publicó en 2016 en un informe para analizar la idoneidad de ubicar en este enclave un museo con los restos del castro de Cociñadoiro, que fue desmantelado durante la construcción del puerto exterior de Langosteira.

En Monticaño se instalaron dos cañones Vicker de 15,24 centímetros. Patrimonio destacó que esta era la artillería "más poderosa" del mundo en esa época. Fueron fabricados en 1928 y se instalaron en el año 1930, según recoge el libro Los cañones de La Coruña.

El Gobierno central ordenó tapar los cañones en el año 1985 y desmantelarlos en 1990, según indica el arqueólogo Pablo Schnell en un artículo publicado en la Revista Castillos de España. Cuando el Concello logró la cesión del parque, Defensa donó un cañón Vicker y las piezas de otro. Al lado también se instalaron dos antiaéreos Flak, que Defensa retiró esta misma semana tras una petición del Gobierno local debido a que se encontraban en un mal estado de conservación.

Esta antigua base militar todavía conserva las cámaras subterráneas en las que había dos ascensores para cargar los proyectiles en los cañones y para subir otras cargas. Estas instalaciones estuvieron abiertas y completamente abandonadas, aunque posteriormente los accesos fueron tapiados. En el lugar aún está intacto el búnker del telemetría, que los militares empleaban para apuntar los cañones. La instalación está llena de pintadas y se encuentra deteriorada por el paso del tiempo. Otro de los vestigios que delata el pasado militar de Monticaño es la existencia de una galería de tiro que el Ejército y la Guardia Civil utilizan en la actualidad. Este recinto está situado en la entrada del parque.

La asociación social y cultural O Grilo criticó en varias ocasiones el mal estado de conservación de la antigua batería de costa y solicitó que se arreglase y se mantuviera en un estado óptimo de conservación. También pidió al Concello que construyese una acera que sirviese para ir desde Pastoriza a Monticaño.