"Vamos a pasar bien de las 2.000 raciones", aseguraba ayer minutos antes de las 23.00 horas el presidente de la comisión de fiestas de San Roque de Boedo, Javier Morán, con 1.800 tiques vendidos y todavía "mucha gente" a la cola para conseguir su ración de cigalas. Con esta asistencia, la cigalada batió, en su décimo cuarta edición, su propio récord de asistencia. El presidente celebraba el éxito y esperaba poder servir a todos los asistentes. "Compramos algo más de 1.000 kilos, podemos servir unas 2.200 raciones", afirmó.