La Asociación Hijos del Ayuntamiento de Oleiros tiene por objeto "la protección, repatriación y cultura general". Así figura en la fachada del precioso edificio número 848 de la calle Piedras en el barrio de San Telmo de Buenos Aires, en Argentina. El próximo viernes 1 de septiembre se cumplirá el centenario de la fundación de este colectivo que en 1918 agrupó a un importante número de emigrantes oleirenses en este país y que en la actualidad aún ampara a unos 400 socios y familiares, hoy hijos y nietos de los que un día tuvieron que marcharse.

Cristina Freire, secretaria muchos años de la asociación bonaerense, es hija de un oleirense de Condús, en la capital municipal. "Aún tengo allí a un tío. Visité Oleiros en el 80 y de nuevo el año pasado. Fue un encuentro muy emocionante. Mi tío se parece cada vez más a mi papá. Estuvimos contando anécdotas toda la tarde. Mi papá hablaba con él todos los fines de semana. Muchos volvieron a Oleiros. Ese lazo no se puede cortar nunca", cuenta Cristina.

"Mi papá en 1940 escapó del franquismo junto con mi abuelo paterno. Él nunca perdió el contacto. Se hizo socio, fue tesorero, estuvo siempre en la asociación hasta que falleció. Toda su vida era la sociedad, ellos allí hablaban gallego. También era socio del Centro Gallego, y allí nací yo y luego me hizo socia del centro de Oleiros. Desde los 18 años hasta hace cinco fue secretaria y ahora lo es mi hija Rocío".

Rocío Celeste Carlevaro, nieta de oleirenses, es la que está organizando los actos de conmemoración del centenario de la Asociación Hijos del Ayuntamiento de Oleiros. La entidad quiere mostrar una exposición de fotografías que retraten la historia y evolución de la asociación y ella está escaneando todas las instantáneas, contextualizándolas y averiguando fechas y nombres.

"El día del aniversario habrá comida, visionado de diapositivas, entrega de pines conmemorativos a los socios, sorteos de regalos, sonarán los himnos español, gallego y argentino", cuenta Rocío. "Habrá conjuntos de música, baile, paella, haremos una torta, un brindis...", añade Cristina. La sede de la asociación son en realidad dos edificios unidos. En el bajo de uno de ellos está el restaurante El Refugio, el mismo nombre que el establecimiento que existe frente a la Casa Consistorial de Oleiros, otro nexo que une a estos hijos de oleirenses emigrados. El restaurante es el elemento que aglutina a los socios, que se reúnen allí todos los sábados.

"La sede fue una donación de una española viuda. Son dos edificios, el 848 y el 846. Ahora queremos hacer una ampliación en uno de ellos. Hace años se alquilaban sus salones y había hasta 400 personas. En la celebración del centenario esperamos unas ochenta, ya no es aquella época y tampoco la situación económica actual da para más", destaca Cristina Freire. La tesorera de la entidad recuerda que en la sede del colectivo, en la planta alta, nació la conocida agrupación Xeito Novo.

Entre las fotografías que se expondrán figura una en la que aparece el alcalde oleirense, Ángel García Seoane, en una visita a la asociación bonaerense hace unas décadas, ocasión en la que la entidad le entregó un reconocimiento.

Los Hijos de Oleiros hoy en día se mantienen exclusivamente con las aportaciones de los socios y los ingresos procedentes del restaurante, sin recibir ayudas institucionales ni del Concello. Con sus recursos han realizado reformas todos estos años (baños, salón) y luchan por mantener vivo el recuerdo de los oleirenses que un día tuvieron que dejar su tierra y su familia en busca de un futuro más prometedor.