Que un perro te haya mordido tres veces, como le ha pasado al alcalde de Oleiros, puede que influya en el hecho de que el municipio con más canes del área metropolitana después de A Coruña, más de 11.000 según el Concello y casi 7.000 según la Xunta, carezca totalmente de políticas específicas ni áreas caninas. Las leyes para mejorar el bienestar animal, su presencia creciente, que cada vez nos gastemos más en su alimentación, cuidados e incluso vestimenta, no es una moda, es una población cada vez más sensible con los animales, algo que ha venido para quedarse, e ignorarlo puede generar problemas, como mínimo, de convivencia.

El número de canes en un municipio de 35.000 habitantes indica que hay uno por cada tres vecinos si se toma el dato municipal de 11.000 animales del Concello; y uno por cada cinco, con los datos del Rexistro Galego de Animais de Compañía (Regiac) de la Xunta a fecha de 3 de agosto. A pesar de esta importante disparidad de datos, con uno o con otro Oleiros es el concello del área, tras A Coruña, con más número de perros. En la comarca, A Coruña cuenta con áreas caninas en los parques de Bens y de Eirís, además de áreas adaptadas en Novo Mesoiro y Santa Margarita.

En Cambre existe una en A Barcala y otra en O Temple. En otros concellos como Betanzos y Culleredo ya anunciaron que las instalarán próximamente, incluso un gimnasio en el caso cullerdense.

En Oleiros sin embargo los perros ni siquiera pueden pasear por el parque con sus dueños. No pueden acercarse al José Martí de Santa Cristina. En Santa Cruz el Concello instaló una señal de prohibida la presencia de mascotas en un pequeño parque en medio de una urbanización, a pesar de la recogida de firmas de los vecinos en contra de esta medida.

El municipio tiene gran vocación unifamiliar, chalés, lo que facilita que las familias tengan mascota. Sin embargo, no pueden acudir con ella a casi ningún espacio público, no tienen dónde poder correr o socializar con otros animales. A las playas solo pueden ir en invierno.

La Asociación Libera se ha cansado de solicitar al concello de Oleiros áreas caninas específicas, zona de ocio para animales domésticos, una política de gestión de colonias felinas, además de adaptarse a la nueva ley de Benestar Animal aprobada por la Xunta. Sin éxito.