El foso del parque público de O Seixo en Oleiros en el que hace poco más de quince días se cayó un vecino de O Temple (Cambre) rompiéndose catorce huesos, registró una nueva víctima este fin de semana: un niño que se precipitó a este mismo viejo embarcadero mientras paseaba con un familiar. A estos dos habría que sumar también una señora que se cayó también en este lugar hace año y medio y que aún sigue yendo a rehabilitación, según le confirmaron en el hospital de A Coruña a la esposa del vecino de Cambre herido. El accidente tuvo lugar en la mañana del sábado y el pequeño fue trasladado al Punto de Atención Continuada (PAC) de Santa Cruz, en principio con heridas no graves, al sufrir un golpe en la cabeza.

Esta segunda caída se produce después de que el día anterior integrantes del BNG fuesen los únicos que tomaron medidas con este foso mediante su vallado con cinta y la colocación de un cartel de advertencia de caer a la ría. El agua del mar llena parte del foso en marea alta. Es un embarcadero inutilizado y abandonado hace años, cuando el que ahora es un parque público era una finca privada.

A pesar de que este agujero está vallado, es fácil que un niño pueda caer si está jugando en la zona, ante la pendiente que existe en la parte superior del foso, donde muy cerca existe además un parque infantil. Existe un segundo embarcadero, rodeado de una vieja barandilla, de unos cuatro metros de profundidad. El BNG lleva una década alertando del este peligro. También existen grietas en el terreno todo al borde del parque. Costas aseguró que no es de su competencia el mantenimiento del parque. Oleiros no ha hecho manifestaciones. Incluyó una partida en el presupuesto de este año para clausurar estos fosos.