Todos coinciden en que resulta fundamental ejecutarlo, pero no en dónde se debe hacerlo. El siguiente tramo previsto de la vía ártabra, para unir la carretera Nacional-VI con la autopista AP-9, llegará a los juzgados doce años después de aprobarse en el Concello de Cambre, en 2006, un trazado distinto al que la Xunta prevé licitar en el plazo de tres meses.

Entre una notable polémica y preocupación vecinal y después de que la Xunta dejara sobre la mesa el trazado por existir ya entonces opiniones encontradas, una mesa integrada por los tres partidos políticos que tenían representación municipal -PSOE, PP y BNG- Asociación de Vecinos Afectados por Infraestructuras en el Municipio de Cambre optó por el trazado que, de los cinco propuestos, se consideró el más viable y que suponía un menor impacto ambiental, con enlace a la autopista en Cuatro Caminos. Aquel trazado llegaba desde la Nacional-VI hasta la autovía A-6, final anunciado para la infraestructura que la Xunta ya no garantiza en la actualidad. Fue aprobado por la Corporación local en pleno.

El peaje, punto de enfrentamiento junto con el lugar de entronque, ya llevó al Ayuntamiento de Cambre a presentar alegaciones en 2008 contra la isla de peaje que mantenía la Xunta en la zona de Cuatro Caminos. El Gobierno autonómico, desoyó los argumentos de Cambre y, días antes de abandonar San Caetano, aprobó el trazado.

Otro punto de discrepancia fue el tipo de vía. Cambre reclamaba en sus alegaciones que no se construyese una autovía, sino una carretera convencional o una vía rápida, en la que se circulase como máximo a 100 kilómetros por hora. Gobierno y oposición de Cambre sostenían que, de no respetarse este punto, se incumpliría el Plan Sectorial de Red Viaria de 2001.

En 2009, el Gobierno gallego adjudicó por 544.000 euros el contrato para diseñar el trazado de conexión de la infraestructura hasta la autovía. El Ejecutivo autonómico prometió entonces consensuar el recorrido con el Ayuntamiento cambrés.

El 2011, el diseño de la continuación hacia la A-6 de la vía ártabra seguía paralizada y la polémica se centró en que la Xunta comenzaba a insistir en que solo garantizaba la conexión con la autopista, pero no con la autovía. La entonces directora xeral de Infraestruturas -hoy conselleira-, Ethel Vázquez, apuntó al Concello y aseguró que la conexión con la A-6 estaba "condicionada" porque el Concello de Cambre tenía que "definirla en su territorio". "En lugar de hacer acuerdos plenarios, debe hacer sus deberes e incluir y definir esta actuación en su plan general", aseveró Vázquez.

En marzo de 2012, con el PP en el Gobierno de Cambre, toda la oposición se alió para exigir al Ejecutivo local en pleno que se mantuviera el trazado acordado en 2006. El entonces alcalde, Manuel Rivas, reclamó más entradas y salidas en el municipio. No se concretaron avances. Desde entonces, Xunta y Concello han discutido sobre todo acerca del trazado, de las garantías de que la conexión será libre de peaje y de su continuación hasta la A-6. Sin acuerdo, la Xunta anunció el jueves que licitará este año un primer tramo de 2,7 kilómetros de la N-VI a la AC-221 con entronque en A Gándara y no en Cuatro Caminos, como se aprobó y exige el Concello. Pretende que los trabajos comiencen en el primer semestre de 2019 y avancen mientras el Ministerio de Fomento tramita la autorización para el siguiente trecho, hasta la AP-9. El Concello lo llevará al Juzgado de lo Contencioso.