Solo tiene un 24% de visión y va al instituto María Casares de Oleiros con una lupa al padecer una enfermedad rara, aniridia bilateral completa, que además es degenerativa, con el tiempo empeorará. Así se encuentra Francisco Amor LlopisFrancisco Amor Llopis y, sin embargo, desde ayer ya no tiene ningún tipo de discapacidad reconocida, al caducarle el certificado de la Xunta el pasado martes. En este certificado figuraba un 58% de minusvalía, que la familia lucha por elevar a más del 70%. Sin este certificado no puede acceder a becas ni otro tipo de prestaciones.

"La Xunta ha dejado caducar el certificado de nuevo, la última vez estuvo ocho meses sin él, ocho meses sin discapacidad reconocida", destacó ayer la madre de Francisco, Sandra Llopis, que también padece esta enfermedad y acumula años de operaciones.

La lucha de esta familia es para que la Consellería de Política Social le reconozca que su hijo tiene una "aniridia bilateral completa", tal y como figura en distintos informes médicos, en lugar del "trastorno del iris y cuerpo ciliar" que le diagnosticó la Jefatura Territorial de la consellería. Reconocerle lo que tiene diagnosticado supondría, entre otros, acceder a una pensión y además becas, fundamental para Francisco Amor, que quiere ir a la universidad y ser psicólogo.

La Xunta, hace unas semanas, destacó que el diagnóstico es "aniridia completa" y que existe un problema de códigos al ser una enfermedad rara. "La ley dice que es la administración la que tiene que adaptarse a la enfermedad, no la enfermedad al código, si no lo tienen establecido, que busquen la manera", destacó Sandra Llopis. La familia tiene este asunto en los abogados y hace once meses que espera fecha de juicio, una demora debida a la reciente huelga de la Justicia.