Hay mucha sangre, tumbas, cabezas cortadas, miembros desparramados. La peluquería Keika de O Temple en Cambre hace años que deja a sus clientes alucinados al transformar el local el día de Halloween mientras la propietaria, Bea, y sus compañeras Carmen y Lucía, cortan, peinan y tiñen perfectamente caracterizadas.