Conocer la calidad del agua de una ciudad, encender las luces de casa, ordenar en una granja que las máquinas comiencen a ordeñar o poner la lavadora. Todo desde el móvil. Alumnos del instituto David Buján de Cambre investigan el control a distancia de aparatos a través de un proyecto puntero sobre "internet de las cosas" junto a alumnos de otros centros europeos, dentro del programa Erasmus. Otro grupo del centro cambrés aprende, también en colaboración con chicos de otros países, cómo ser un maker en el laboratorio y elaborar ellos mismos material necesario para investigaciones a mucho menor precio que el de mercado. Y todos sus avances se presentarán y compartirán al público para que los interesados puedan "copiarlos o mejorarlos" gratis.

El proyecto sobre "internet de las cosas" resulta tan novedoso que "apenas existe industria todavía de este campo", asegura el coordinador de proyectos europeos del David Buján, José Manuel Viñas. Por ahora, el uso práctico que los alumnos, de segundo y tercero de ESO, hacen de estos conocimientos se centra en intentar determinar el número de microalgas existentes en un cultivo sin tener que contarlas, en función de la cantidad de luz que llegue al móvil si el cultivo se pone entre el teléfono y la fuente de iluminación. "Si llega más luz es que hay menos", explica Viñas. El coordinador prevé presentar los resultados de sus estudios en una feria en Manchester en mayo.

Otro proyecto en marcha que el David Buján realiza en colaboración con estudiantes Erasmus consiste en que los alumnos prueben el do it yourself (hazlo tú mismo) y se conviertan en makers, o sea, construyan su propio material. "En Estados Unidos hay bastante movimiento maker, para hacer las cosas uno mismo", asegura el profesor. Por ahora, han desarrollado una centrifugadora de células o moléculas por un coste de "unos 20 o 25 euros, cuando las normales pueden costar entre 300 y 500 euros", señala Viñas. Han hecho también un agitador magnético, "otro material de laboratorio bastante útil". La mayor parte de los instrumentos se hacen realidad a través de impresoras en tres dimensiones.

Los participantes en los proyectos, que en buena parte se desarrollan fuera del horario lectivo, han visitado o visitarán los centros de los países con los que trabajan, como Italia, Holanda o Eslovenia. También los alumnos de estos países han estado en el David Buján, muchos durante la feria de ciencia abierta Open Science celebrada en septiembre. Durante su estancia, entre las actividades se incluyó realizar uno de sus experimentos en el laboratorio de la Domus coruñesa.

Modelo para profesores

Además de los proyectos con alumnos Erasmus, también una profesora ha pedido conocer cómo trabajan en el centro cambrés. Se trata de una docente italiana interesada en observar cómo se imparten enseñanzas en un mismo centro en cuatro lenguas: gallego, castellano, inglés y francés. "No es tan habitual para ellos que enseñemos las cuatro lenguas. Incluso entró en clases de Latín y Griego, y al final también en las de Filosofía y Psicología, y a alguna clase de Química y Biología, que son bilingües", cuenta Viñas. Ahora, un compañero de esta profesora vendrá al David Buján para observar cómo se imparten las materias bilingües, avanza.