El magistrado Ángel Judel puede que en su larga trayectoria no se encontrase nunca con una denuncia tan "arbitraria y sin sentido", como él mismo la definió, como la que le tocó sentenciar como ponente hace unas semanas. De hecho, redactó el fallo poniendo de relieve antes que nada, que "algo no funciona bien en el sistema procesal" cuando llega a la Audiencia Provincial un pleito porque un vecino denunció a un bar de Betanzos porque le sirvió un café que le sentó mal.

Los hechos se remontan al año 2017, cuando este cliente, tras tomarse el café en un local del casco urbano, casi al momento se sintió muy mal, y lo asoció a esta bebida, por la que había pagado 1,10 euros.

Ante lo ocurrido, este afectado decidió presentar una denuncia que se dirimió en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Betanzos. El juez sin embargo archivó el caso en agosto de 2017 y en junio de 2018 desestimó el recurso de reforma presentado contra el archivo.

Este denunciante sin embargo siguió adelante, sin darse por vencido, y convenció a su abogada, del turno de oficio, para que apelase, por lo que el asunto llegó a la Audiencia Provincial. "Yo como abogada tengo que hacer lo que me pide mi cliente, pero ya le dije que era difícil sin pruebas", destacó la letrada Pilar Señor. Podría haber sido distinto si el hombre se hubiese llevado el pocillo con restos del café para analizar. En el juicio este hombre alegó que se estaba "manipulando su salud" y reclamaba que se tomasen medidas contra quien "está sirviendo esas cosas".

Los magistrados de la Audiencia, en solo dos cortos párrafos, subrayan que estimar denuncias de este tipo "conduciría a situaciones inaceptables social y jurídicamente y desde luego a la quiebra absoluta del modelo penal que conocemos y de la propia estructura del poder judicial". Desde el bar denunciado ayer negaron conocer siquiera este pleito, ni la denuncia ni los hechos. "Debes de haberte equivocado", subrayó el responsable del establecimiento brigantino.