Todos los años anidaba en el tejado de la misma casa en la rúa das Gobernas en Lorbé y para la familia que vivía allí era ya una presencia querida y hasta esperada. Nunca hubo problemas hasta este año. El ave rapaz, no se sabe cómo, quedó atrapada dentro de la chimenea. Los propietarios la oían quejarse y moverse, intentando salir e intentaron liberarla. Sin embargo el tiro de la chimenea estaba dividido en dos partes y no lograban llegar a ella ni ella podía salir, así que avisaron al Grupo Municipal de Emergencias de Oleiros que ayer por la mañana por fin liberó al impresionante ejemplar de lechuza, que ahora se recupera en el Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Santa Cruz.

Los efectivos de Emergencias también se encontraron con que era imposible liberarla por la estructura que dividía en dos la chimenea, con un diámetro total de unos 25 centímetros, por lo que optaron por desmontar parte de la estufa del salón de la vivienda para poder acceder al tubo de la chimenea.

Entonces advirtieron que era un sitio muy reducido para poder sacar a la lechuza sin peligro de hacerle daño así que desmontaron más piezas del tiro de la estufa hasta que después ya lograron el espacio suficiente para meter un brazo y retirarla con cuidado.

Centro de Fauna

Emergencias trabajó durante una hora y media para poder liberar a este ejemplar, que salió "muy asustada pero sin ningún daño", según explicó uno de los agentes que participó en el operativo de rescate.

Este servicio municipal llevó después al ave al Centro de Fauna donde les confirmaron que se trataba de un ejemplar de lechuza adulta (en principio creían que era una cría) y que en una primera revisión parecía "sana y en buen estado".

En este centro de recuperación de fauna de Santa Cruz anotaron el lugar donde fue encontrada para, en cuanto reciba el alta, devolverla al mismo hábitat en el que vivía.

La lechuza común, que es nocturna, fue declarada precisamente Ave del Año 2018 por la entidad ecologista SEO/BirdLife. Está en declive en España por la transformación de su hábitat en el rural y por ser víctima frecuente de atropellos de vehículos al quedar deslumbradas por los faros de noche.