La comarca coruñesa ha perdido en el último lustro casi un tercio de las escuelas unitarias. La caída del alumnado ha llevado a la Xunta a echar el pestillo de unos centros escolares que sus defensores consideran vitales para fijar población en el rural y que van camino de convertirse en una rara avis educativa.

El anuncio del cierre en pleno curso de la EEI de Carnoedo, en Sada, ha reabierto el debate sobre la delicada salud de este modelo de enseñanza que plantea la convivencia niños de tres, cuatro y cinco años para lograr un aprendizaje cooperativo en edades tempranas, como defienden las familias y docentes.

El cierre a cuentagotas de las escuelas en el último lustro ha ido acompañado de protestas o de una silenciosa resignación ante el drástico bajón del alumnado. Cerceda despidió hace dos años su última escuela unitaria. Y lo hizo con caceroladas. El centro O Calvario cerró sus puertas tras una carrera contra el reloj de las familias afectadas para lograr nuevas matrículas. Sin éxito. Se quedaron en cinco alumnos, uno menos de las necesarias para garantizar la supervivencia. El lema Coa vosa axuda non pecha que el alumnado no surtió efecto. "Hemos hecho todo lo imaginable, pero no lo hemos conseguido. Los políticos no ayudan, pero la gente tampoco", lamentaba una de las madres, que apelaba a la dificultad de competir con los colegios, que ofrecen servicio de transporte y comedor.

Cambre y Paderne también se resistieron sin éxito al cierre de sus escuelas unitarias en Santa María de Vigo y Souto. En los dos casos, los ayuntamientos atribuyeron la bajada a un problema puntual y pidieron a la Xunta que esperase al siguiente curso. Otras, en cambio, cerraron sin resistencia, como la de Herves, en Carral.

La comarca dispone de diez escuelas unitarias (cuatro en Arteixo, dos en Coirós, dos en Paderne y na respectivamente en A Laracha y Cambre). a las que hay que sumar los centros rurales agrupados de Bergondo y Culleredo, con cinco y tres escuelas respectivamente.

La implicación de la comunidad es imprescindible para el mantenimiento de estas escuelas, inciden sus defensores. Coirós es un ejemplo de los buenos resultados de la suma de fuerzas. Este municipio dispone de dos escuelas que gozan de buena salud, aunque una de ellas estuvo a punto de sucumbir en 2013. El Concello optó entonces por combatir las carencias y correr con los gastos del transporte para evitar que las familias matriculasen a los pequeños en Betanzos. Una apuesta que surtió efecto.

"Lo que más nos duele son las formas y los tiempos", resume Iria Mondragón, una de las madres afectadas por la decisión de la Xunta de echar el cierre a la escuela unitaria de Carnoedo en pleno curso. El malestar por esta clausura intempestiva reunió ayer en la puerta del centro a políticos, familias y vecinos para reclamar su continuidad, al menos, hasta que finalice el curso. "Lo que pedimos es que la decisión de su futuro se tome en base a la matrícula del próximo curso", incide la portavoz de la ANPA.

Las tres familias afectadas por este cierre, que les fue comunicado el pasado miércoles al recoger a los pequeños, admiten que esta escuela unitaria, la última de Sada, no tendría futuro si el próximo curso se mantiene una matrícula tan baja (solo tres cuando el mínimo son seis). "Lo de este curso es algo puntual", defiende Iria, que destaca en que la escuela ha tenido durante los últimos años una media de 12 matriculados y que para el próximo curso se prevén un mínimo de ocho.

La Corporación local en bloque reclama el mantenimiento de esta escuela, aunque ayer solo acudieron a la concentración ediles del Gobierno local (Sadamaioría, BNG y PSOE). Los tres partidos comparten las sospechas de que la Xunta pretende aprovechar un año de baja matrícula para echar el pestillo a una unitaria que hasta ahora ha franqueado sin problemas el umbral de la viabilidad.

Las tres familias afectadas apelaron ayer a los trastornos que acarreará a los pequeños un cambio de centro en enero. "Los que pagan la mala gestión son los niños", lamenta Iria, que insta a la Xunta a explicar los motivos por los que no tomó la decisión al comienzo del curso.

Las tres familias que se verían afectadas por este cierre fuera de plazo relatan que matricularon a sus pequeños en la escuela de Carnoedo porque están convencidos de que el modelo de unitaria es "el mejor para estas edades". Y están convencidos de que superará con creces esta caída del alumnado .

El Concello, que asume los gastos de mantenimiento de este centro, rechaza de forma tajante el cierre de su última unitaria e insta a la Xunta a aguardar unos meses y conocer las solicitudes de matriculación para el próximo curso.