El entorno que conforma la playa y la isla de Santa Cruz reúne historia y cultura -un fortín convertido en pazo donde vivió una famosa escritora, un puerto centenario- y una enorme riqueza medioambiental. Todo este tesoro patrimonial puede descubrirse con visitas guiadas y antes se puede tener una pequeña idea gracias a la cuidada y muy didáctica web baiasantacruz.org que impulsó el Concello de Oleiros hace unos dos años.

Es el enclave ideal para albergar el Ceida, el centro de educación ambiental de Galicia. Este lugar acaba de ser incluido en el Catálogo Abierto de Lugares Naturales de Interés Pedagógico. "El Ceida tiene programas de educación ambiental en el castillo y en el Monumento Natural de Dexo pero también un programa de visitas temáticas trimestrales: en primavera, por el Día Mundial de los Árboles, hacemos visita guiada por el jardín; en verano, por el Día de los Océanos, la ruta es por la zona intermareal de la playa; en otoño es sobre la figura de la escritora Pardo Bazán; y en invierno, la de observación de aves acuáticas", explica Sergio París, educador ambiental del Ceida.

"En Santa Cruz se pueden ver hasta siete especies de gaviotas, además de garzas, garzotas, aves limícolas, cormoranes. La mayoría son aves que vienen del norte de Europa y en invierno bajan para alimentarse y reposar. En la playa desemboca un río y eso también genera riqueza, organismos que viven en ese entorno, las aves se lavan en esa agua dulce y se alimentan ahí", añade París.

La localidad tiene un enorme potencial para el turismo ornitológico y ambiental, además de por su playa y vistas de toda la ría. Ejemplo de ello es que hace dos años llegaron a Santa Cruz decenas de aficionados de toda España para observar un charrán de Forster porque era la tercera vez en la historia que aparecía esta ave americana en Galicia. Fueron muchas visitas que consumieron en la localidad.

"En otros sitios gastan muchísimo dinero en formar, de forma artificial, todo este entorno natural que nosotros tenemos en una zona urbana", apunta París. Las aves están "cómodas" en este lugar. El cormorán tiene una colonia fija hace años en un peñasco en medio del mar cerca del espigón del puerto. "Sí, se podría potenciar más esto, con más paneles y telescopios en el paseo", apunta este educador. Esta zona es un lugar privilegiado para observar aves acuáticas y marinas. Vuelvepiedras, zarapitos, ostreros, andarríos... Pero además de aves, esta bahía ofrece otras joyas en sus variados ecosistemas.

EIntermareal rocoso. En marea baja quedan al descubierto las formaciones rocosas en la playa, que conforman pozas llenas de seres vivos: anémonas, gusanos de mar, lombrices de tubo, mangones, mejillones, lapas, minchas, bellotas de mar, cangrejos, lorchos.

EIntermareal arenoso. Chirlas, cangrejos, escupiñas, gusanos marinos... El río ayuda a fomentar esta riqueza. Son el alimento favorito de las aves limícolas.

EDepósito de vertiente. Cerca de la playa de Naval, en un desnivel de terreno, existe un desconocido depósito de vertiente que está dentro del Inventario de Lugares de Interés Geológico de España. Es una acumulación de sedimentos: cascajos de cuarzo y arcillas finas de hace dos millones de años.

EUn castillo. Fue fortín en el siglo XVI, luego adquirido en el XIX por el marido de la escritora Pardo Bazán para veranear y tras albergar huérfanos de la guerra, fue abandonado hasta que en 1989 el Concello lo compró. En 2001 abrió aquí el Ceida. Tiene un singular pombal subterráneo y un jardín con árboles centenarios de los que destaca un pino de Monterrey (Catálogo Galego de Árbores Senlleiras de Galicia; y un ciprés de California. Hay también tejos, pinos, palmeras, plátanos de sombra, un gran magnolio.

EEl puerto. Primero para pescadores, luego ligado a una fábrica de conservas y atraque de una de las lanchas de transporte a A Coruña.