Siete años después de que el Ayuntamiento de Oleiros aprobase la ordenanza de Inspección Técnica de Edificios (la ITV de las casas) el entorno que el alcalde puso como ejemplo a erradicar por sus viviendas antiguas y tradicionales en total estado de abandono y con una pésima imagen, la plaza de A Rabadeira en la capital municipal, ha dado un vuelco total.

Este espacio contaba con varias casas centenarias, algunas con apenas algunas piedras en pie, otras con el tejado caído, con las fachadas totalmente tapiadas con tablas o con ladrillos. Era la degradación de lo que en su día fue una preciosa plaza con edificios modernistas en muchos casos (construidos alrededor de los años veinte).

El regidor, Ángel García Seoane, declaró en varias ocasiones, literalmente, que estas casas "da asco verlas" y anunció que iba a ordenar a los dueños que las rehabilitasen, "al menos la fachada" para mejorar la estética del entorno. Siete de ellas estaban en un estado pésimo.

En este tiempo, desde la ordenanza de 2011, una casa que era una pura ruina fue demolida mientras que los dueños de otras, ante la amenaza de multas del Concello con el mal estado de estas propiedades, han ido poco a poco restaurándolas y pintándolas.

La primera fue el número 21, una preciosa casa modernista de 1925 que se pintó en gris con los remates superiores de puertas y ventanas en blanco. Después se hizo lo mismo con otras dos viviendas y ahora se han arreglado otras cuatro.

Entre estas últimas figuran las dos casas que ofrecían una peor imagen: una de ellas por tener su singular ventana arqueada tapiada con tablones mal puestos; y otra por tener las ventanas del piso superior totalmente tapiadas, ciegas, mientras las de la planta baja no lo estaban. En estos casos el contraste del antes y del después es más impactante.

Dos viviendas que comparten pared han mejorado no solo por haber sido pintadas de nuevo sus fachadas sino por la eliminación de elementos añadidos que prácticamente las ocultaban. En un caso, un kiosco de prensa lleno de pegatinas en la fachada y carteles además de una parabólica en una ventana. En el otro caso, la antigua sede del PSOE, llena de carteles del partido y pancartas en toda la fachada.

Los propietarios de estas viviendas antiguas o ruinosas se ven obligados a rehabilitarlas o adecentarlas pero no tienen estas misma obligación los edificios de hasta cuatro plantas típicos de la época desarrollista de los setenta, que ahora destacan más su feísmo en esta pequeña plaza con casas de toda la vida que se están embelleciendo.

A este adecentamiento general de la A Rabadeira seguirá próximamente la ejecución de una reordenación en la plaza arbolada, en la parte superior, debido a un desarrollo urbanístico ahora mismo a punto de iniciarse, un polígono que incluirá abrir nuevas calles, ejecutar cuatro edificios de viviendas de bajo y dos plantas y una zona deportiva.

Esta modernización del corazón de Santa María de Oleiros incluirá, no obstante, el derribo de una estas casas tradicionales también, conocida por su jardín de entrada.