El Opel Astra venía dando bandazos desde la curva y finalmente se salió de la calzada de la Rúa Golfiño de Lorbé y pasó justo por el estrecho espacio entre un portal de hierro y un poste de teléfono hasta empotrarse en la fachada del número 103, llevándose por delante la ventana y buena parte de la pared. A pesar de la espectacularidad del accidente la conductora en principio solo quedó herida leve y a la familia de la vivienda tampoco les pasó nada porque no residen en ella sino en la que está adosada por la parte de atrás. La conductora, vecina de Breixo, es diabética y al parecer tuvo una fuerte bajada de azúcar.

"Mi marido, mi hijo y yo estábamos durmiendo y sobre las nueve de la mañana nos despertó un ruido fuerte. Mi marido pensó que era un robo, incluso un alunizaje, pero ya escuchó gritos y me dijo que llamase a Emergencias. Al salir ya vimos el coche empotrado en la ventana y los airbags que habían saltado y a la mujer, que estaba totalmente en shock, paralizada. El 061 me dijo que hablase con ella, a ver si podía salir, si creía que había que excarcelar. Yo le dije que excarcelar no. Mi marido abrió la puerta del conductor y ella salió por su propio pie pero muy aturdida. Le pregunté si le dolía algo y me dijo que le dolía todo. Me avisó de que tenía la identificación de diabetes. En la ambulancia le midieron y estaba bajísima", relató Natalia Fernández.

La conductora al parecer no paraba de pedir perdón por el daño causado a la vivienda. "Yo ya le dije que no se preocupase, que los daños materiales no importan. Ahora vendrá el seguro y se reparará, lo importante es que a ella no le pasó nada grave y nosotros no estábamos en la casa. También fue la suerte de que la casa de mis suegros es de construcción antigua, tiene más de cien años, y con las paredes de piedra de un metro de grosor, que pararon mucho el impacto, en otra vivienda moderna habría causado más daño", añadió Natalia.

Cuando el vehículo colisionó contra la casa ya venía frenado porque chocó antes contra un saco lleno de escombro de la obra de al lado y luego también lo frenó los escalones de bajada a la casa, todo lo que encontró a su paso. Lo que asombró a todo el mundo es que por nada esquivó el golpe contra el poste de la luz, que podría haber sido más grave", señaló esta vecina.

La grúa fue insuficiente para desempotrar el coche y tuvo que venir otra con pluma para poder desincrustar el vehículo. "La ambulancia y la Policía vinieron rapidísimo. Luego el Concello mandó al aparejador para ver si el golpe había dañado el muro de carga pero ya nos dijo que no se vio afectado, aunque quedaron grietas por la fachada. El Concello se portó muy bien, nos puso un tablón tapando el agujero, para que no entre nadie ni llueva dentro, hasta que venga el seguro", aseguró Fernández.

Tercer choque en la casa

La colisión de ayer no fue la primera que registra esta propiedad de la Rúa Golfiño de Lorbé sino la tercera. Hace unos dos años un joven se quedó encajado con su coche con la valla del cierre de la casa. Y hace muchos más años chocó contra el hórreo que está delante de la casa un camión de yogures.