Sapos, piojos, moscas, peste, úlceras, granizo, langostas. Son algunas de las diez plagas que según el Antiguo Testamento y la Torá fueron infligidas por la deidad a los egipcios porque el faraón no liberaba al pueblo hebreo. En el municipio de Oleiros ya van por las seis plagas, algo que ha reconocido esta semana el propio alcalde, Ángel García Seoane, después de conocer tres casos de muerte de palmeras en el concello a causa del ataque de un insecto, el picudo rojo. "Ya no hay árbol que no tenga un virus o sufra una plaga", ha afirmado.

Todo empezó con la hierba de la Pampa o plumacho. Ya hacía tiempo que invadía autopistas y zonas de obras, pero fue tras la crisis inmobiliaria cuando curiosamente registró un aumento exponencial. Oleiros fue uno de los concellos más atacados y García Seoane uno de los primeros en alertar de la amenaza en 2012. Incluso probó diversos métodos para erradicarla, primero con desbrozadora, luego con tractor e incluso mandando a Emergencias a prenderle fuego a las que habían nacido en el polígono de Iñás, produciendo el efecto contrario, su rebrote con más fuerza.

En plena lucha contra esta planta invasora, con requerimientos a particulares también para eliminarla de sus fincas, llegó la avispa velutina a Galicia, y en este concello empezó a ser la pesadilla para el Grupo Municipal de Emergencias y Protección Civil a partir de 2014. Ya retiran unos 600 nidos de avispa asiática al año. Emergencias ya trabaja más erradicando esta plaga que en accidentes y rescates.

En 2014 también empezaron los primeros ataques de jabalíes en fincas privadas en zonas urbanas y en 2018 ya ha sido un boom, con destrozos diarios en rotondas, parques y jardines, con lo que el alcalde exigió batidas para reducir la presencia de este animal. A principios de 2017 llegó al municipio otra plaga asiática, la polilla china, que secó centenares de setos de boj de las fincas, incluso casi se lleva por delante los setos geométricos de la Casa Consistorial, que tuvieron que ser fumigados.ç

El año pasado empezó a atacar la procesionaria a los pinos, entre ellos el de propiedad municipal de Perillo, que tras ser tratado de nuevo tiene varios nidos de este insecto. Y al finalizar el 2018 también han surgido los primeros casos de palmeras muertas por el ataque del picudo rojo. Otras plagas como la del limonero o la del castaño, por ahora han tenido poco impacto.