El autor confeso de la muerte de Máximo FelizMáximo Feliz, de 44 años, ocurrida en Betanzos el pasado 30 de diciembre, reconoció ayer los hechos ante el juez y se declaró "muy arrepentido", según aseguró su abogado. El hombre, de nacionalidad colombiana e iniciales D.P.G., se entregó a última hora del pasado jueves en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, acompañado de su abogado, y entregó un arma blanca con la que presuntamente apuñaló tres veces a su víctima, un marinero dominicano padre de tres niños. El juez decretó ayer su ingreso en la prisión de Teixeiro.

El detenido declaró en el juzgado de Betanzos sobre las diez de la mañana. Según el letrado que le defiende, Manuel Ferreiro, se entregó "voluntariamente" en el cuartel con el arma empleada en el crimen, y explicó que se había producido una pelea entre la víctima y él, pero afirmó que no había tenido intención de matarle.

Según Ferreiro, su defendido afirmó: "Sí, fui yo, estoy muy arrepentido, me he presentado voluntariamente, he entregado el arma y ya haré una declaración completa cuando esté la investigación".

El relato completo de su versión de los hechos la revelará cuando se haya acabado la investigación ya que todavía faltan pruebas por finalizar, como, por ejemplo, la autopsia. También declararon en el juzgado brigantino la madre y dos hermanas de la víctima que viven en la localidad desde hace años. Una de las hermanas, Altagracia Feliz, desde el primer momento solicitó colaboración a través de las redes sociales para encontrar al autor confeso del crimen, durante los días en que estuvo huido. "Espero que pagues todo el daño que le hiciste a mi familia", dijo cuando supo que D.P.G. se había entregado.

La muerte del marinero ha sumido en un gran dolor a la familia. La madre está muy afectada. "No puede hablar sin llorar y ha adelgazado muchísimo", señalaba ayer una vecina de su edificio.

El hombre ahora en prisión llevaba dos semanas en paradero desconocido después de apuñalar tres veces, una en el corazón, a Máximo Feliz, en la madrugada del día 30 frente a un local de copas en la Rúa A Cañota y ante varios testigos.

Después, huyó hasta la plaza Irmáns García Naveira donde cogió un taxi que lo llevó a Guiliade. El Instituto Armado lo identificó desde el primer momento tras tomar declaración a los testigos y al taxista. Esto, unido a que al parecer no logró escapar del país, pudo llevar al autor confeso a entregarse, asesorado por el abogado.

La Benemérita ha asegurado que en principio todo apuna a que el hombre ahora en prisión se entregó debido a la "presión de saberse identificado". La víctima tenía tres hijos a los que pensaba ir a ver en Reyes a su país, la República Dominicana.