El Grupo de Patrimonio de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de A Coruña ha detenido a dos vecinos de Culleredo y Arteixo, A.C.G. y J.S.S., de mediana edad con múltiples antecedentes, por su presunta implicación en el atraco de cinco sucursales bancarias, entre otras, una en Oza-Cesuras el 13 de julio en 2017. Los dos detenidos fueron pillados in fraganti cuando intentaban perpetrar un atraco en Ponte do Porto.

Los asaltantes empleaban siempre el mismo modus operandi. Uno de ellos entraba en la sucursal armado y oculto bajo una careta de látex que desfiguraba sus facciones y su cómplice aguardaba en el coche, estacionado en algún lugar en las proximidades. Con este método perpetraron cinco asaltos y se hicieron con un botín próximo a los 126.000 euros.

La Guardia Civil destaca la minuciosidad con la que los asaltantes preparaban los atracos, lo que dificultó su detención. El instituto armado destaca que los ahora detenidos "no dudaban en recorrer largas distancias, eligiendo entidades situadas a más de 250 kilómetros de su residencia". Los arrestados solían desplazarse antes hasta las localidades en cuestión y comprobaban "con minuciosidad hasta el más mímimo detalle que pudiera dar al traste con sus planes" y elegían siempre sucursales "ubicadas en pequeñas localidades rurales" para evitar la presencia de testigos y por la facilidad para desplazarse por carreteras secundarias, "que conocían en detalle". "La planificación llegaba hasta tal punto de que no se limitaba a la llegada al lugar y ejecución de los hechos, sino que preveían incluso un lugar apartado en el que esconderse para evitar ser detectados en posibles controles", añade el instituto armado.

La Policía Judicial resalta también las "elevadas medidas de seguridad que mantenían durante las veinticuatro horas del día" y el uso de hasta cuatro vehículos distintos para perpetrar los atracos. "Elegían sucursales ubicadas en localidades muy distantes y dejaban transcurrir un intervalo de tiempo de varios meses entre cada robo, de tal manera que se incrementaba la dificultad para continuar la investigación", destaca en un comunicado remitido a los medios.

El primero de los robos se registró el 13 de julio de 2017 en la sucursal de Abanca en Oza dos Ríos. Un hombre de "complexión fuerte" con una careta de látex accedió al interior de la oficina bancaria armado con una pistola y logró apropiarde de unos 10.000 euros. Idéntico el modus operandi fue utilizado el 23 de enero de 2018 en la sucursal de Caja Rural de Begonte, en Lugo. El mismo hombre, con distinto disfraz, entró en la oficina, intimidó a los empleados con un arma y huyó tras hacerse con un botín de 26.500 euros.

Meses después, el 21 de agosto de 2018, el mismo individuo se presentó en la sucursal de Abanca de Puente Ledesma y, con el mismo modus operandi consiguió sustraer 81.000 euros. Fue la única ocasión en la que los asaltantes esperaron a que se abriera la cámara donde estaba el dinero en metálico.

Solo unos meses después, el 18 de diciembre, se desplazaron hasta la localidad de Vilardevós, en Ourense. El asaltante, con un nuevo disfraz, entró en una sucursal de Abanca y se hizo con 3.300 euros. Posiblemente el escaso botín, les llevó a perpetrar un nuevo atraco poco después, en una oficina bancaria del Banco Santander de Lobeira, de la que se llevaron 5.400 euros. En esta ocasión, los ladrones cambiaron las tornas y fue el segundo de los asaltantes, que normalmente aguardaba en el coche, quien accedió a la sucursal, también disfrazado.

La Guardia Civil logró detener a los asaltantes in fraganti cuando intentaban perpetrar un sexto atraco en la sucursal del Banco Pastor de Ponte do Porto. Tras surgir dificultades, el atracador intentó huir a pie, pero fue alcanzado por los agentes. Su cómplice emprendió también la huida y, tras circular por varias vías secundarias, se adentró en una pista forestal y estacionó. La maniobra fue vista por los agentes, que le seguían a una distancia prudencial, y fue detenido cuando intentaba deshacerse de los efectos que portaba en el maletero y que podían incriminarle en los hechos, tales como maquillaje, pegamento para las pelucas y máscaras.

Los detenidos ya han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago de Compostela, que decretó su ingreso en prisión sin fianza por un delito de robo con intimidación en entidad bancaria, el único que compete a ese juzgado, "siendo probable que se inhiba en el resto de juzgados en cuyos partidos judiciales se cometieron atracos", avanza la Guardia Civil.