Ramón Rodríguez Ares deja la presidencia del partido que fundó tras su expulsión del PP. Es el adiós definitivo y agridulce de este histórico alcalde que, dice, se mantendrá como edil hasta el final del mandato. Eso sí, sin pasar por los plenos. Son una "comedia", lamenta.

- Deja la presidencia del PDSP y entiendo que es ya una despedida definitiva...

-Sí, ya no soy presidente del partido ni tengo ninguna responsabilidad dentro del partido. Ahora le corresponde a otros dirigirlo.

- ¿No cree que es un final un poco agridulce? Deja el partido que fundó sumido en una guerra.

-Sí, la verdad, es algo que no acabo de entender. No sé por qué razón suceden estas cosas teniendo un partido que tiene unos estatutos por los que debe regirse. Las cosas hay que hacerlas correctamente, no se puede decir: 'Oye, yo te pongo aquí y tira para adelante'. No, no, eso no puede ser.

- Emilio Gómez fue su número dos durante muchos años. ¿No le duele haber acabado así?

-Sí, lo lamento muchísimo, porque yo con Emilio siempre tuve una gran amistad. Además, es una persona que tiene experiencia en la vida municipal y su trabajo lo desempeñaba bien; pero él quería hacer las cosas de otra manera y yo le dije que había que hacerlas de acuerdo con la ley.

- El PDSP está en declive. Fue un partido muy personalista, muy ligado a su figura. ¿Cree que tiene futuro sin usted?

-Bueno, sí, (risas) es verdad que era un partido muy de andar por casa, nada más que para Sada. Yo ya les dije que un líder no se hace de un día para otro, tiene que ganárselo a pulso, merecerlo, y a partir de ahí tendrás el visto bueno de la gente y ganarás puntos. ¿Que si el PDSP tiene futuro? Bueno, pues puede tenerlo, dependerá de las personas que se hagan cargo, hay que trabajar mucho. El caso mío fue distinto, porque yo sin darme cuenta estuve haciendo campaña desde los quince años, ¿sabes? La gente apreciaba lo que yo hacía y me querían, pero bueno, lo hice sin estar pensando en la política, en aquellos tiempos no se pensaba en más políticas que una [risas] o en ninguna.

- ¿Qué opina de la nueva candidata?

-Creo que es una señora trabajadora. Eso sí. Buscó en unos días cuarenta afiliados que fueron los que le votaron y salió ella elegida presidenta y candidata sin ningún voto en contra. Yo lo lamento mucho, porque a Emilio lo aprecio, siempre lo aprecié, siempre fuimos amigos, pero hay ciertas cosas que no se pueden hacer de esa manera: 'Ponte tú aquí y que traguen los demás', no, no puede ser?

- Fue un actor clave en la política de Sada durante casi cuarenta años. ¿De qué se siente más orgulloso?

-Mira, yo me siento satisfecho cuando voy por la calle y me saluda la gente, ¿sabes? 'Buenos días, Moncho', 'buenas tardes, Moncho', 'adiós, Moncho'? Esa es mi satisfacción más grande. Después lo otro..., pues, echo una vista por Sada y todo lo que hay se hizo en mis etapas, ¿sabes?. Todo, todo, absolutamente todo: paseo marítimo, puerto, casa de la cultura, pabellón de deportes, campos de fútbol... ¡yo qué sé!, guarderías... No había nada y se fue haciendo, con determinación.

- ¿Y no se arrepiente de nada? Porque también tuvo más de un traspié urbanístico que aún le afean sus rivales.

-No, no me arrepiento de nada, en absoluto. Puede haber alguna cosa... No a todo el mundo le gustan las cosas que hace uno, y no digamos ya a la oposición, que aunque hagas bien las cosas son criticadas? [risas]

- La moción de censura con un tránsfuga marcó un punto de inflexión y supuso su expulsión del PP. ¿Se arrepiente?

-¿Cómo me voy a arrepentir si nosotros habíamos ganado las elecciones ampliamente?. Lo que pasa es que faltaban unos cuantos votos para la mayoría absoluta y a mí me parecía que lo que habían hecho todos los grupos políticos, el PSOE, el Bloque, aquellas dos independientes... me parecía que no había derecho, que los vecinos habían votado otra cosa. ¿Cómo me voy a arrepentir? Si yo no hubiese ganado las elecciones, bueno, pues eso sería algo como lo que pasó ahora a nivel nacional, pero yo gané.

- ¿Y tampoco de haberle dado el gobierno a Ernesto Anido pese a que quedó en tercer lugar?

-El voto a Anido se lo di porque no lo conocía, pensé que era otro tipo de persona. Después no se lo dimos por lo que hizo y por lo que dijo. De ninguna manera podía apoyar a una persona que insulta a mi familia, eso no puede ser. El tema fue ese, no fue otro.

- ¿Y no le parece paradójico que haya acabado apoyando a un gobierno de izquierdas, sus eternos rivales?

-Bueno, yo del grupo de izquierdas apoyé las cosas que tendría que apoyar todo el mundo, que fueron muy pocas en cuatro años [risas]. Yo apoyé cosas que era de sentido de común apoyar, cosas que hay que apoyar sea quien sea; pero hubo muchas cosas que no apoyamos?

- La recuperación del pazo de Meirás, por ejemplo...

-Si, eso, sí, eso no lo apoyamos nunca.

- ¿Va a seguir hasta el final del mandato o renuncia al acta?

-Sí, seguiré, total solo quedan tres meses. Seguiré sin seguir, vamos, porque ya no voy por el Ayuntamiento ni nada?

- Es verdad, ya hace ya tiempo que no va a los plenos. ¿Por qué?

-¿Cómo voy a volver si eso es una comedia? No hay seriedad, no hay disciplina, no hay nada. Ahí cada uno habla el tiempo que le da la gana, se incumple siempre el reglamento orgánico; ya se lo dije al alcalde dos veces. Y nada. Un pleno que tendría que durar una hora, dura cuatro. Y entonces no voy, no voy porque salgo disgustado, cabreado.

- ¿Y a qué se va a dedicar a partir de ahora, Moncho? ¿A la huerta, a las cuartetas?

-Cuartetas aún hice el otro día una. Y a la huerta me llevo dedicando toda la vida. Yo siempre tuve vocación de hortelano.