La profesora estaba muy disgustada por el robo del ordenador pero uno de sus alumnos, Ían, de cuatro años, fue el que dio la voz de alarma de lo más valioso que se habían llevado los ladrones que entraron en la escuela unitaria de O Fontelo (Coirós) en la noche del pasado fin de semanaescuela unitaria de O Fontelo (Coirós): las galletas Biscuits Galicia. "¡Nos comieron las galletas!", gritó con una desolación que solo se aplacó ayer a media mañana, cuando llegó al aula un mensajero con una caja llena de paquetes de galletas, cortesía de la empresa gallega que fabrica este producto en O Porriño (Pontevedra).

Mientras la Guardia Civil investiga este robo (el segundo en esta unitaria tras llevarse dos portátiles y un proyector la primera vez), del que considera que los responsables no andan muy lejos, los nueve niños de entre tres y cinco años que acuden a este centro recuperaron ayer la sonrisa. "Yo les compro galletas siempre, a veces magdalenas, para darles a media mañana, sobre las once y media. Les gustan mucho las Biscuits, quizá porque tienen dibujadas caritas sonrientes que les llama la atención, y además están muy buenas. Se las doy de premio. Esto es un detallazo por parte de la empresa", explicó ayer la profesora de la escuela, Olga Abella, demostrando el lujo que son los docentes de las unitarias, que van más allá de sus competencias en su dedicación y entrega a los niños.

Biscuits Galicia, una pequeña fábrica de galletas y magdalenas de O Porriño, tras conocer la noticia de este robo anunció el pasado martes que les haría un envío, y cumplieron. Ayer en la caja que mandaron había paquetes con las más habituales y otras nuevas que no conocían, unas magdalenas y una edición especial Entroido Galego con la forma de las pantallas del Carnaval de Xinzo, que antes de comerlas les sirvieron a los pequeños para conocer, de la mano de la profesora, un poco de la historia de esta tradición.

"Ya les mandé un correo a la empresa dándoles las gracias porque no tenían ninguna obligación de hacerlo, han sido muy amables", destacó Olga Abella, que tras llegar el lunes a la escuela y ver ya una luz encendida, se temió lo peor. El disgusto le arrancó lágrimas e incluso no la dejó dormir por la noche. Tras cumplir Biscuits Galicia, falta que lo haga la Xunta y reponga el ordenador portátil sustraído, del que la docente envió notificación al inspector el pasado lunes.

"A Antía en el supermercado le preguntaron quién robó las galletas y les explicó que unos ladrones. Hay que ser muy rastrero para comerles las galletas a unos niños", contó Irene, madre de Antía, compañera de cole de Ían, Gabriel, Uxía, Dani, Christian, Guille, Brais y Lucas. "A ver si podemos ir a la fábrica a ver cómo hacen las gallegas", apuntó un padre.