Los grupos de la oposición lo advirtieron y los vecinos trasladaron sus quejas de forma masiva. Todos los de Oleiros estaban de acuerdo en que las nuevas marquesinas minimalistas y antivándalos que empezó a instalar el Concello el pasado diciembre eran inútiles para el fin para el que se colocaron. Ayer el propio alcalde, Ángel García Seoane, reconoció que "tiene razón la gente". El tejadillo de la marquesina no es horizontal sino que su parte delantera está más elevada, por lo que la lluvia entra por todas partes y es lo mismo estar fuera que dentro de esta estructura.

El Concello adjudicó a una empresa de Gijón, Olprim, la retirada de la primera tanda de cochambrosas marquesinas existentes (hasta seis modelos diferentes, llenas de pintadas, suciedad, cristales rotos, decenas de carteles pegados) y la instalación de un modelo "minimalista" ideado por el Ayuntamiento. En total eran catorce marquesinas en esta primera fase que se licitó por 62.315 euros (doce y dos que se reutilizaban) y cuya instalación empezó a hacerse el pasado mes de diciembre.

"Queríamos variar el modelo actual para evitar pintadas, cristales rotos, que daban una imagen terrorífica de la localidad. Pero lo que instalaron no es lo que yo diseñé, con un tejado recto, sino uno mirando cara el sol, no se hizo lo que yo mandé hacer, se hizo otra cosa que tiene serios problemas. La cubierta inclinada hacia arriba no quita el agua, tiene que estar hacia abajo. Vamos a estudiar la forma de ponerle una visera a estas catorce marquesinas que se instalaron y a las otras catorce que íbamos a contratar, ya no van a ir así", explicó García Seoane.

El alcalde tiene razón: en marzo de 2017 anunció que los técnicos municipales trabajaban en un diseño antivandalismo y el diseño que enseñó el Concello era una estructura de un solo pie con una cubierta ondulada con una inclinación hacia abajo.

La marquesina que se ha instalado sin embargo es una estructura de dos pies, dos columnas metálicas, con un tejado de metacrilato recto e inclinado hacia arriba en la parte frontal y no hacia abajo. Nada que ver con el diseño inicial.

Los usuarios se han quejado en estos meses de la fealdad de estas estructuras y sobre todo de que "no sirven para nada", pues dejan entrar el agua y el viento. El regidor ya había adelantado que serían para proteger del agua, no del frío o del viento ("para eso hay que abrigarse"), para poder ejecutar esta estructura sin paredes que impida el vandalismo.

Los oleirenses también se quejan incluso de cómo se han instalado estas marquesinas. Un ejemplo es la que se ha colocado en la Avenida das Mariñas, junto a la parada del bus (cerca de Sol y Mar). Los vecinos han llamado la atención sobre que la estructura está prácticamente empotrada en la fachada, "como si fuese un porche", y ofrece una imagen de "feísimo".