La patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña investiga al propietario de una explotación porcina por un presunto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. Los hechos se iniciaron en el término municipal de Aranga, cuando en el transcurso de un servicio rutinario los agentes detectaron un vertido de los purines hacia el cauce público del río y una captación de agua potable pública a poca distancia. Finalmente no se vio alterada la captación y no hizo falta cortar el abastecimiento.

Para constatar el origen del vertido los guardias civiles tuvieron que desbrozar manualmente la maleza que rodeaba la balsa, lo que evidenció una falta de mantenimiento de la misma. Después cruzaron una zona que se encontraba totalmente encharcada de purines, hasta llegar a una esquina de la misma donde se descubrió como se había colocado una tubería de PVC que desde el interior de la balsa vertía al exterior un flujo continuo de purines por gravedad. La salida de esta tubería quedaba oculta entre una pared de la balsa y la pared de una de las naves, lo que dificultaba la detección del vertido.

Para cortar el vertido de purines, se procedió a retirar la tubería de la balsa, con lo que se eliminó el vertido. A continuación se siguió el reguero para constatar el grado de afectación. Los angentes recorrieron unos 250 metros por la ladera del monte entre la vegetación hasta llegar al cauce del Rego de Bexo, donde observaron que los purines llegaban directamente al agua y originaban acumulaciones de espumas.

El Seprona dio cuenta a la Autoridad judicial sobre este posible delito. Consideró inadecuado el estado de conservación de la balsa de purines, ya que observó riesgo de rotura o pérdidas por rebosamiento, e irregularidades como la falta de justificación documental de la correcta gestión de los purines y el posible incumplimiento o carencia de la preceptiva licencia de actividad municipal. La misma balsa de purines ya había sido denunciada en años anteriores por su mal estado de conservación y por la realización de vertidos que afectaban al cauce de un río y a una captación de agua pública. En aquella ocasión se pudo constatar como la balsa se encontraba al límite de su capacidad y era visible al lado de la misma un reguero de purines que discurría hacia la ladera del monte que limita con el cauce de un río.