"Ya plantamos en un invernadero en el colegio, el Sofía Casanova. Y ahora nos ofrecimos voluntarias porque nos parece divertido", explicaban ayer Uxía, Sofía, Laura y Zaida, cuatro de los más de treinta alumnos del instituto Rego de Trabe, de Culleredo, que han plantado el primer huerto ecológico escolar de la reserva de la biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo. Los participantes, de los cuatro cursos de ESO, son los que se ofrecieron voluntarios y no contaban con partes por mal comportamiento, explicaron profesores del centro. La experiencia comenzó ayer con la plantación de varias especies y continuará con su cuidado y el seguimiento de su evolución en relación con el medio, en lo que influirá la presencia de especies animales que pretende configurar un pequeño ecosistema, explicó Diego Miranda, técnico de la reserva.

"Es un huerto ecológico en el que se están utilizando plantas de temporada, medicinales o aromáticas", explica Miranda. El bancal de las aromáticas, que incluye romero, perejil o menta, situado en el centro, estará rodeado por otros bancales con productos como lechugas, rúcula, judías, brócoli, acelgas, zanahorias, escarola o guisantes. Al lado habrá además árboles frutales. Para equilibrar el "ecosistema" y favorecer la producción de forma ecológica, se han instalado dos composteros, que permitirán reciclar la materia orgánica y convertirla en abono natural, y se prevé colocar cajas nido, que atraigan a aves que pueden alimentarse de insectos nocivos para las plantaciones. También la ubicación de las plantas es estratégica: las aromáticas atraerán a insectos para evitar que se coman las comestibles.

Los chicos realizarán un seguimiento "fenológico" que les permitirá conocer cómo evoluciona el huerto en relación con las condiciones climatológicas y las medidas de control de posibles plagas. Los chicos, divididos en equipos con nombres de especies vegetales como loto, tulipán, hortensia o rosa, muestran ganas de ocuparse de la plantación. "Del Sofía Casanova yo probé unos tomates cherry, pero muchas plantas se murieron porque no las regaban", recuerdan Uxía, Sofía Laura y Zaida.