La maleza se ha erigido en el mejor guardián de la Casa do Cortés. La espesa vegetación impide a los curiosos adentrarse por los antiguos jardines de esta quinta modernista que resiste a duras penas en pleno centro de Guísamo, encajonada entre edificaciones recientes a los pies de la Nacional VI. La hiedra que trepa por sus muros hasta ocultar la fachada por completo y las zarzas que salen al paso del visitante constituyen el único indicio de vida de esta quinta construida a principios del siglo XX, abandonada en la década de los sesenta y embargada recientemente por el banco.

Tras una lenta agonía a pie de carretera, esta villa indiana ha entrado en la Lista Roja del Patrimonio que confecciona la Asociación Hispania Nostra. Este colectivo sin ánimo de lucro alerta del "alto riesgo de derrumbe, erosión y pudrición" de este inmueble catalogado que todavía conserva parte de antiguo porte pese a su avanzada ruina.

La escalinata que conduce al porche; los dinteles, columnas y barandillas con adornos vegetales esculpidos en piedra; los azulejos de principios de siglo XX; los arcos de medio punto y las galerías, balcones y la torre que solo deja entrever la maleza desvelan el pasado esplendor de esta quinta, propiedad en su día de la familia Cortés.

Un Hudson de 1948 descansa aún en la cochera. Corroído por el óxido y afeado por las pintadas, este automóvil revela la buena posición de los propietarios en la década de los 50. Del interior de la vivienda apenas queda nada, aunque todavía puede intuirse la antigua distribución . La cubierta se ha desplomado y unas vigas sostienen en precario parte de la estructura.

Esta mansión, de la que solo recuerdan sus buenos tiempos algunos vecinos, hace muchos años que no está para fiestas. El abandono ha hecho de ella un polvorín en pleno centro de Guísamo. Hasta el punto que hace unos meses, el Concello de Bergondo abrió un expediente sancionador a Bankia por ignorar sus requerimientos de desbroce y limpieza. Precisamente ayer, el Ayuntamiento recibió una comunicación del banco, que tiene previsto acometer en breve los trabajos de desbroce tras tomar definitivamente posesión del inmueble.

El futuro de esta quinta indiana sigue en el aire. A lo largo de los últimos años, trascendieron algunos proyectos urbanísticos, pero no llegaron a cuajar. El plan general, en trámites para su aprobación inicial, delimita un polígono de suelo urbano no consolidado de 1,17 hectáreas en esta parcela, que prevé destinar fundamentalmente a la construcción de viviendas unifamiliares. Los redactores del documento urbanístico proponen recuperar la antigua construcción en ruinas como equipamiento social. Los proyectos siguen sin concretarse y el tiempo corre en contra. La Asociación Hispania Nostra advierte del ruinoso estado de la edificación, con varios de sus componentes "en serio peligro" , la cubierta derruida, los forjados y solados "destruidos por pudrición" y los arcos "muy deteriorados".