La finca de la Casa do Cortés, oculta durante años por una espesa maleza, quedó ayer al descubierto. Bankia, titular de la parcela, ha limpiado este céntrico solar de Guísamo tras la apertura de un expediente sancionador por parte del Concello.

La singular quinta, catalogada y en completo estado de ruina, reapareció para sorpresa y deleite de muchos residentes. Algunos no perdieron la ocasión de adentrarse en la parcela, subir la escalinata y asomarse a las antiguas dependencias de esta mansión indiana o adentrarse en la cochera, en la que aún descansa un Hudson de finales de los años cuarenta corroído por el óxido.

La entrada de las máquinas para eliminar la densa vegetación que ocultaba la finca despertó también la nostalgia de algunos vecinos que vivieron los buenos tiempos de esta quinta modernista construida a principios del siglo XX, abandonada en la década de los sesenta y embargada por el banco tras fracasar un desarrollo inmobiliario.

El desbroce de la parcela se produce unos meses después de que esta vivienda modernista entrase en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra. Su futuro sigue en el aire. La casa esta protegida por las normas subsidiarias del Concello de Bergondo, que destacó ayer que no permitirá su demolición. El plan general, en trámites para su aprobación inicial, delimita un polígono de suelo urbano no consolidado de 1,17 hectáreas en esta parcela, que prevé destinar fundamentalmente a la construcción de viviendas unifamiliares. Los redactores del documento urbanístico proponen recuperar la antigua construcción en ruinas como equipamiento social.

El tiempo apremia. La Asociación Hispania Nostra alerta del "alto riesgo de derrumbe, erosión y pudrición" de este inmueble catalogado que todavía conserva parte de antiguo porte pese a su avanzada ruina.