El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, anunció ayer que en los próximos días se instalarán señales en la rúa Pombal de Perillo que impedirán el paso a todos los conductores que no sean residentes. García Seoane quiere, con esta medida, paliar el problema surgido en este vial que desde que se eliminó el giro a la izquierda en el cruce de Sol y Mar en la Nacional VI hace más de dos años, es utilizado de forma masiva por los conductores como "atajo".

Seoane señaló que la intensidad de la circulación es tan elevada que le "están amargando la vida" a los vecinos del lugar, por lo que se van a instalar carteles que advertirán que solo podrán subir por esta calle los residentes. Sin embargo, el propio Concello contribuyó a que aumentase el tráfico en esta vía, ya que el pasado febrero anunció que debido a que estará cortado el primer tramo de Rosalía de Castro durante un tiempo por obras de reurbanización, recomendaba (puso incluso un mapa) como alternativa coger la rúa Fuxeira hacia Pombal y bajar a Rosalía, ya en la zona fuera de obras.

Rosalía de Castro está cerrada por obras para mejorar las pluviales y las aceras, entre otros. Estos trabajos obligan a cortar un tramo de acera en el acceso desde la Nacional VI e ir por la calzada (delimitada por unos conos). Para acceder a la pasarela elevada sobre la N-VI se ha habilitado un pasadizo en medio.

Centenares de conductores utilizan a diario la rúa Pombal solo para evitar que, al llegar al cruce de Sol y Mar, continuar unos metros y a la altura del edificio de Tráfico, dar la vuelta para poder girar a la izquierda hacia Montrove y Sada. Es un rodeo de unos 300 metros solo pero los conductores prefieren ir por el viaducto de Copigal, subir por la rúa Fuxeira y luego ir por Pombal para después conectar con la avenida Rosalía de Castro e ir hacia Montrove y Sada.