Los vecinos de Celas de Peiro destacan que desde el Castelo da Veiga en el Monte Xalo, a más de 500 metros de altura, se ven varias comarcas, en una panorámica que incluye desde el valle de Loureda, Sabón y el puerto exterior de Punta Langosteira en Arteixo, el polígono de Ledoño y el valle del Valiñas en Culleredo, la costa de Oleiros o A Coruña y la torre de Hércules, incluso Capitanía Marítima y el dique de abrigo, con Cabo Prioriño al fondo y el puerto exterior de Ferrol, las rías de Ares y Betanzos. Hasta se vislumbra el mítico Monte Neme, entre Carballo y Malpica, a unos 70 kilómetros de distancia. El Xalo es el gran pulmón verde de toda la comarca pero además de un paisaje extraordinario. La parte perteneciente a Celas de Peiro en Culleredo (también tiene parte en Carral y Cerceda), atesora leyendas, rutas de senderismo, unos increíbles conjuntos rocosos y unos manantiales de "agua pura" que hasta el Concello los usa para abastecimiento. Y lo mejor: son montes vecinales en mano común.

Los actuales miembros de la comunidad de montes vecinales de mano común Xalo-Celas dieron un cambio en la gestión que busca recuperar el paisaje original. Empezaron a talar eucaliptos y repoblar con especies autóctonas. "Los montes vecinales son 380 hectáreas en total. Hemos plantado ya cuarenta hectáreas con pinos en la parte de arriba de todo, y unos 500 entre carballos, castaños, avellanos, abedules, cerezos, fresnos. Pronto plantaremos otra tanda más de autóctonos. También plantamos hace cinco años un carballo hijo del abuelo de Cartelos, del que se dice que es el más antiguo de Galicia con dos mil años", explicó el presidente de la comunidad de montes, Xosé Antonio Barbeito. Este carballo se puso en la entrada del conjunto formado por tres grandes rocas de granito que se llama A Casarula y en cuyo interior vivió una vecina.

"Se llamaba Carmen, vivió allí hasta finales de los cuarenta o principios de los cincuenta. Era muy pobre. Luego los vecinos le hicieron una casa un poco más abajo, que se cayó, y luego ya fue para una casa en Peiro", explica Barbeito. Aún hay restos de humo de hogueras para calentarse y cocinar en el hueco de estas rocas.

El Xalo es un parque escultórico natural, piezas gigantescas cinceladas por miles de años. Los vecinos más mayores recuerdan que cada piedra, cada manantial tiene un nombre y se lo han transmitido a los directivos de la comunidad.

Un conjunto de tres piedras verticales está bautizado como As Picudas. Otro es denominado Pedra do Vello o Pedra do Sombreiro, por su forma de boina. La Pedra dos Corvos tiene forma de mano cerrada, por un lateral, pero mirándola de frente parece una especie de tazón.

La Igrexa dos Mouros es una plancha grande cuya superficie se ha cuarteado y conforma como una edificación. La Porta do Inferno es un grupo de dos piedras, una a cada lado, con la vista de la ría coruñesa al fondo.

Está también la Pedra do Rastro, por la que los niños se tiraban como si fuese un tobogán. Pero la más llamativa y con más fans es la que llaman Darth Vader, unos bloques graníticos que semejan el casco del malo de La Guerra de las Galaxias. Pero también está la Pedra Gallada, la Pedra do Tesouro, la Pedra da Cadea de Ouro... Aquí incluso se hallaron restos de una fortificación medieval.

"Y además tenemos unos manantiales de agua pura, no hace falta ni tratarla. El Concello la utiliza, va unos grandes depósitos que abastecen a una parte de la población. El acuerdo con la comunidad de montes fue que a cambio el Concello tiene que darnos 75.000 euros anuales. El convenio se hizo por veinte años y se renovó de nuevo", explicó el presidente del colectivo de montes en mano común.

Estos vecinos también quieren recuperar las fuentes que hay en estos montes, como la de As Meigas, que solo requiere un desbroce y "adecentamiento". Lo mismo sucede con el mirador natural de Castelo de Veiga. Están a la espera de que, junto al Concello, pueda ser "puesto en valor" cuanto antes. Por todo este monte existen numerosas rutas de senderismo, también para bicicletas de montaña. La comunidad de montes también quiere poner carteles informativos con los nombres y leyendas de la zona. "Esto es una joya", subraya Barbeito.