Hay bancos de mar y bancos de playa. Los de playa siempre aparecen en todos los medios como el mejor banco del mundo, situados en acantilados con vistas al océano. Los de río, como este en el paseo fluvial de Iñás, cerca de Jardiland, sufre los rigores de la extrema humedad y no invita a sentarse. En la estructura ha florecido el moho al estar siempre mojada la madera y situarse en una zona de sombra.