Fran Amor Llopis, el joven de Oleiros que nació sin iris por una enfermedad hereditaria y degenerativa, la aniridia, acaba de graduarse en el instituto María Casares a pesar de las enormes dificultades de estudio y de falta de recursos y se prepara para las pruebas de selección para la Universidad, donde quiere estudiar Psicología. A principios de este año el juzgado le dio la razón en su lucha contra la Consellería de Política Social para elevar su grado de discapacidad.

La sentencia supone un nuevo certificado de discapacidad, con un grado más alto, y le reconoce una pensión no contributiva más elevada. Antes de esta sentencia ya le pertenecía percibir una pensión por su situación y su familia la solicitó el pasado 15 de abril, pero mes y medio después este estudiante sigue sin percibir ningún tipo de pensión y aún no tiene el certificado con la nueva discapacidad reconocida, que le servirá, por ejemplo, para que le salga gratis la matrícula. La consellería aún puede presentar un recurso contra la sentencia del juzgado que le elevó la discapacidad a Fran.