Los datos de la intensidad de tráfico en los diferentes viales de Galicia que recopila la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade revelan que la carretera de Fonteculler es la segunda de la red autonómica con más usuarios en la provincia de A Coruña. La utilizan de media cada día 21.122 vehículos, según recoge la memoria publicada por el Ejecutivo autonómico. Únicamente le supera la autovía entre Santiago de Compostela y Brión, con 31.946 usuarios en el punto que registra más tráfico.

La Xunta registró un descenso de casi un 5% en el número de vehículos entre 2015 y 2018 en el vial de la localidad cullerdense. La cifra el pasado año fue de 21.122 y hace tres, de 22.207. El medidor de la avenida de Fonteculler está situado en las proximidades de la nueva rotonda que ejecutó el Concello de Culleredo en el acceso a la urbanización de A Ría.

La avenida de Fonteculler forma parte de la carretera AC-211, que empieza en la rotonda del puente de A Pasaxe y bordea la ría por la parte cullerdense y llega hasta el viaducto de O Burgo. Desde allí sube hasta llegar a la glorieta de O Seixal, donde enlaza con la AC-12 (la antigua Nacional VI).

La Xunta aceptó ceder la titularidad de parte de la carretera de Fonteculler al Concello de Culleredo. De hecho, el medidor de tráfico se encuentra dentro del tramo no autonómico porque sirve para conocer la intensidad media diaria de tráfico en el resto de la carretera. La cesión se formalizó el seis de abril del año 2016, según señala el Gobierno autonómico en la memoria de tráfico de 2018.

La intensidad de tráfico en Fonteculler es un indicador social: revela que hay un gran número de personas que viven en la zona de O Burgo (por tener unos menores precios de vivienda sobre todo) y que trabajan fuera del municipio, sobre todo en A Coruña.

Una de las actuaciones que ejecutó el Concello de Culleredo una vez recibió la titularidad de la carrera fue la construcción de la rotonda en el acceso de la urbanización de A Ría, donde antes había un cruce regulado por semáforos, en el que los conductores debían esperar bastante tiempo para realizar un cambio de sentido.