Las excavadoras ya han derribado la última vivienda habitada hasta hace poco dentro del ámbito del polígono de A Rabadeira, que ha desaparecido completamente al igual que el jardín con rosales de la entrada. Las obras también han eliminado las antiguas naves de la carpintería Cajigal. La ejecución de esta urbanización obligó a demoler tres casas y tres naves. En su lugar se construirán cuatro bloques de viviendas, de bajo, dos plantas y bajocubierta. El Concello licitó en octubre de 2018 estos trabajos de urbanización por 659.000 euros, la obra más cara de su presupuesto, al ser el impulsor el propio Ayuntamiento. En la primera fase se urbanizará, abrirá una calle nueva y ejecutarán pistas deportivas y una zona verde. Para una segunda fase queda la construcción de los edificios.