A la hora de acomodarse en el despacho de Alcaldía, lo primero es algo tan simple como encontrar el interruptor de la luz. "¿Dónde se enciende?, ¿aquí, no?", preguntaba ayer Manuel V. Faraldo mientras manipulaba varios de los botones de la entrada. Y es que su primer día laboral como alcalde de Miño fue un poco a ciegas, sin el tradicional traspaso de poderes con el regidor saliente.

Su antecesor, Ricardo Sánchez, presentó la baja por enfermedad el día después de las elecciones y no asistió como público al pleno de constitución de la Corporación, en la que los votantes le dejaron le dejaron sin sitio en el pleno. Solo el portavoz del PP y primer teniente de alcalde en el pasado mandato, Jesús Veiga, se ofreció en la sesión de investidura a guiar al nuevo mandatario en sus primeros días al frente del Consistorio.

No parece que Faraldo vaya a tener problemas para moverse por el Ayuntamiento. Este veterano concejal podría recorrer con los ojos cerrados las dependencias municipales, salvo los despachos destinados a Alcaldía y el Gobierno local, que se le han resistido, y mucho, al PSOE.

El primer alcalde socialista de Miño desde la reinstauración de la democracia no tuvo problemas para acomodarse en su nuevo despacho. La estancia estaba prácticamente vacía. "No hay ni bolígrafos", bromeaba un concejal electo del PSOE. Nada en los cajones. Nada en los archivadores. En la estantería, un presupuesto de 2014 y un álbum con fotografías del expresidente de la Xunta y el exalcalde Juan Maceiras durante una inauguración en Miño. Y sobre un mueble, el busto del fundador del PP, que veraneaba todos los años en Perbes. En el despacho no encontró ni rastro de la liquidación del presupuesto y su primera petición a los funcionarios fue dirigida precisamente a conocer el estado de las cuentas. Y es que en este concello atado por una desorbitada deuda, los números, recalca, son los primero.

Faraldo solicitó también acceso a varios expedientes, entre otros, el del campo de fútbol y de dos concesiones que se mantienen en situación irregular y que han sido motivos de quejas, las de la escuela infantil y ayuda en el hogar.

Su primer encuentro fue con los trabajadores municipales, que "juegan un papel fundamental " y que ya le pusieron deberes el primer día: resolver las solicitudes de los campamentos de verano.