Claudia Montero Bouzas tiene 16 años y la vida le corre con mucha prisa. La afronta con la juventud, la energía, la audacia y la valentía que caracteriza a las personas que pueden cambiar el mundo. Estudia en el instituto María Casares de Oleiros, hace una semana que acaba de llegar de Oklahoma (Estados Unidos) tras un intercambio de diez meses, donde se graduó en la High School, y el próximo 26 de julio estará en Etiopía. Sus viajes no son de vacaciones, sino de formación y voluntariado. En unos días estará en Toledo, donde recibirá, junto a otros 120 jóvenes de España y de otros países de lengua española que fueron seleccionados, una formación militar, en colaboración con el Ejército español, para afrontar la dureza del proyecto España Rumbo al Sur, que dirige Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo, sobrino del mítico reportero Miguel de la Quadra-Salcedo, responsable hace años de una experiencia parecida, la famosa Ruta Quetzal.

"Me quedé con ganas el año pasado por un amigo del instituto Miraflores, Iago Cabrera, que fue a Uganda con este proyecto. En enero de este año abrieron el plazo y me inscribí. Les dije a mis padres que era un poco locura pero que no perdía nada y me animaron. Tenía que hacer un proyecto, escribir una carta o realizar un vídeo de un minuto, explicando las razones por las que quería participar. Les mandé un vídeo y les gustó. Quedamos 1.500 jóvenes, después había que pasar una entrevista. Yo la hice online porque estaba en Oklahoma y fue a las seis de la mañana la conexión con Madrid. Me preguntaron si me veía preparada, con fuerzas, mis condiciones físicas, mi día a día, qué esperaba. En tres días ya colgaron en la web el listado de seleccionados y mi nombre estaba allí y me hizo una ilusión tremenda", explica Claudia Montero.

¿Qué es España Rumbo al Sur? Es una iniciativa que va ya por la decimotercera edición, única en el mundo, según sus organizadores, y que tiene como objetivo "sensibilizar" a través de la "acción directa" en el terreno, con el trabajo de los jóvenes de entre 16 y 17 años. Una experiencia que sin duda es de las que cambian la vida.

"Más que voluntariado, es una acción de aprendizaje, de potenciar valores como el trabajo, el esfuerzo", apunta Claudia. No es lo mismo que en Oleiros les digan en clase qué problemas existen en Etiopía que el hecho de ir a este país y pasarse veinte días allí trabajando en proyectos de educación con personas en situaciones extremas.

"En el tema físico no tengo problema, lo domino, me gusta mucho el deporte. Son 18 días en Etiopía. No nos dicen qué vamos a hacer exactamente, pero por lo que vimos el año pasado en Uganda, son trabajos relacionados con orfanatos y escuelas. De hecho llevamos con nosotros material educativo donado. Esto no es como en el voluntariado, que vas a dormir a casas de misioneros o así, aquí duermes en el suelo, un día en un sitio y otro día en otro. Con esterilla y saco por todo el país, vamos a recorrer muchos kilómetros. Nos vamos a preparar en Toledo tres días antes de marchar, en una academia de Infantería, para aprender temas de supervivencia. También tenemos que ponernos vacunas, la de la fiebre amarilla, pastillas de la malaria, otras de prevención", relata esta audaz joven que confiesa sentir "nervios e ilusión" a partes iguales por la perspectiva de esta intensa experiencia que le aguarda.

"Mis amigas ya me conocen y no se han sorprendido de esto. Y a mis padres les impone un poco pero están tranquilos porque hablaron con la organización, ya llevan varios años, es un programa con el que colabora el Ministerio de Educación además de la Mutua Madrileña y el BBVA".

La organización de Rumbo al Sur prepara a estos jóvenes del futuro también en buscarse la vida. Hasta tienen que arreglárselas para pagarse el viaje, los billetes de avión y la comida. Por eso Claudia Montero ha abierto una bitácora en la web de España Rumbo al Sur y suscrito una petición en la plataforma gofundme.com. para lograr recaudar por micromecenazgo un total de 1.500 euros, el dinero que necesita para sufragar sus gastos.

"Hicimos dos meses un curso en internet de emprendimiento para aprender a conseguir fondos, difundir esto. Vendimos pulseras. Ahora estoy en la fase de difundir. Cuando les conté esto a la familia de acogida en Oklahoma se sorprendieron muchísimo, pero también quisieron aportar para ayudarme. También mandé correos electrónicos a empresas e instituciones. El Dépor me contestó que analizaba cómo ayudarme".

"Yo recomiendo esto a todo el mundo, al 100%. Yo no tengo miedo, y no quiero esperar", sentencia esta joven que va para segundo de bachillerato y que cree que en el futuro será arquitecto "pero del tipo de Arquitectos sin Fronteras".