Desde finales del año pasado hasta septiembre de 2022 el noroeste de España, desde el oeste de Francia a la costa cantábrica y el norte de Portugal, organismos públicos y privados colaboran en la elaboración de una estrategia conjunta para erradicar una de las peores especies invasoras, la cortaderia selloana, hierba de la Pampa, plumacho o plumero, que amenaza la biodiversidad. La Xunta participa en este proyecto europeo denominado Life Stop Cortaderia que tiene un presupuesto global de tres millones de euros y el Centro de Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida) en Santa Cruz (Oleiros), junto con la ONG SEO/Birdlife (de protección de aves), son los que llevarán a cabo la cartografía del área de distribución del plumacho en Galicia. A finales de este año se contará ya con un borrador de este documento, según apuntó ayer el director del Ceida, Carlos Vales, en la presentación de esta iniciativa.

Belén Do Campo directora xeral de Patrimonio Natural, explicó que la prioridad será actuar en las zonas donde se detecte que la presencia es mucho mayor, y con prevalencia en zonas protegidas, dentro de la Rede Natura 2000. Cantabria está considerada la zona cero de esta invasora, según algunos estudios a causa de venir mezclada la semilla con trigo desembarcado en el puerto de Santander. Su invasión fue tal que de esta comunidad con dos décadas de experiencia surgió la iniciativa que propusieron a la Unión Europea. Santiago García de Enterría, coordinador de Life Stop Cortaderia, explicó que el objetivo es diseñar una "estrategia nacional conjunta" y un "manual de buenas prácticas".

La prevención, con cuadrillas de alerta temprana (de entidades relacionadas con la discapacidad), fue fundamental, ´así como la "transformación del suelo". La cortaderia quiere terrenos compactados, alterados.

Felipe González, delegado de SEO/BirdLife en Cantabria, destacó que el plumero es "una de las cien peores especies" invasoras y ahora mismo en el norte de la península "está incontrolada". El Ceida también intentará buscar la ayuda de otros agentes como ayuntamientos y empresas como Autopistas del Atlántico, entre otros, para que apoyen esta iniciativa que requerirá tiempo, esfuerzo, dinero y mantenimiento.