La Diputación acogió ayer el último pleno del actual mandato, una sesión de trámite para la aprobación de las actas que sirvió también como despedida de la Corporación. La sesión incluyó un recuerdo a la diputada Ánxela Franco, fallecida el pasado 2 de junio.

El presidente en funciones, Valentín González Formoso, agradeció "la conjunción de trabajo y compromiso" tanto de los trabajadores de la Diputación como de los políticos" que "hace de esta una institución eficiente al servicio de la ciudadanía". "Esta Corporación fue lo que la gente quiso que fuera", defendió González Formoso, quien destacó que, a pesar "de las posiciones políticas muy diferentes", los diputados tuvieron "la capacidad de poner por encima de todo los intereses generales de la provincia".

En homenaje a Ánxela Franco, se depositó un ramo de flores en su escaño y se guardó un minuto de silencio en su memoria. Tanto el presidente de la Diputación como la vicepresidenta, Goretti Sanmartín Rei, intervinieron para destacar la honestidad, valentía y compromiso de Franco. "Nos dio una lección de dignidad y generosidad también en su propia muerte, sentiremos su ausencia", manifestó Sanmartín. El pleno fue despedida de la vicepresidenta, que no repetirá como diputada. Se perfila como su sucesor en la vicepresidencia el también nacionalista Xosé Regueira.