El Gobierno de Miño apura los trámites para regularizar hasta quince servicios que se prestan sin contrato. El nuevo alcalde, el socialista Manuel Vázquez Faraldo, tiene sobre su mesa nuevos informes de Intervención Municipal que ponen reparos al pago de diversas facturas por irregularidades en la tramitación. El regidor ha pedido ayuda a la Diputación para elaborar los pliegos y regularizar "cuanto antes" los contratos.

Los servicios de mantenimiento del alumbrado público; ayuda en el hogar; gestión de la escuela infantil; limpieza de las dependencias municipales; conservación de parques, jardines y zonas verdes; conserjería y limpieza del pabellón, gestión y tratamiento de voluminosos; telefonía; recogida de basura en la urbanización Costa Miño; monitoraje de actividades culturales o deportivas y mantenimiento de extintores son los servicios que Intervención enumera en sus últimos informes.

"La contratación o no consta tramitada o está vencida, por lo que carecen actualmente de la apropiada cobertura legal", resume la habilitada nacional, que destaca que muchos de los servicios "responden a necesidades estructurales y básicas del Concello" y que resulta "urgente" tramitar el correspondiente procedimiento de contratación.

El anterior alcalde, Ricardo Sánchez, comenzó su mandato criticando la existencia de "muchos contratos de servicios vencidos" y responsabilizando al Ejecutivo que lideraba el popular Jesús Veiga, que se convirtió meses más tarde en su socio de gobierno. Oroza avanzó su intención de denunciar en los juzgados esta anomalía y se comprometió a redactar con urgencia los pliegos para licitar todos los contratos vencidos.

Durante su gobierno salieron a contratación algunos de los servicios, como lacería o ayuda en el hogar, que quedaron desiertos. Otros, como el de limpieza de edificios municipales o el de suministro eléctricos a centros municipales salieron a contratación en abril de 2018 siguen "en evaluación". Otros no llegaron a licitarse.

El Ejecutivo socialista apela a la urgencia de regularizar los servicios, especialmente aquellos básicos, como la escuela infantil o ayuda en el hogar. El personal de la guardería A Ceboliña encadena meses de protestas por despidos y la precarización del servicio. El servicio de atención a mayores dependientes quedó desierto tras renunciar una de las empresas aspirantes al ver insuficiente el importe ofertado. La gestión de este servicio ha generado quejas en concellos próximos como Betanzos por adjudicaciones a la baja.