El Concello de Culleredo dio orden hace unos días a la Policía Local de precintar las instalaciones de A Garrocha. El Ejecutivo municipal afirma que da este paso "por seguridad" tras ordenar la clausura del recinto, que se hizo efectiva el pasado 15 de julio tras obtener el visto bueno judicial.

El Gobierno local explica que con esta medida pretende impedir que se produzcan incursiones ilícitas en el recinto. El precinto se produce seis meses después de que el Concello ordenase clausurar las instalaciones tras rescindir el contrato por los reiterados incumplimientos de la empresa concesionaria, Club de Campo As Mariñas, que no pagó el canon durante años.

Los trabajadores que explotaban este centro hípico tras haber alcanzado un acuerdo con la concesionaria, a la que pagaban todos los meses. abandonaron las instalaciones el pasado 15 de julio. Actualmente realizan gestiones para continuar con sus clases y sesiones de terapia en otro lugar. "Estamos tratando de remontar, es muy duro, llevábamos trabajando allí ocho años", explica Gustavo Barroso, jinete que había tomado las riendas del negocio y que prefiere "mirar hacia delante". "Eso ya es pasado, no guardamos rencor por lo sucedido, ahora toca partir de cero", explicaba ayer, resignado, a consulta de este diario.

El precinto de A Garrocha escribe un capítulo más en la intrincada historia de esta concesión municipal, que actualmente investiga la Justicia. El pasado marzo, la Fiscalía presentó una denuncia por posible prevaricación en la gestión de este recinto tras presentar una denuncia el BNG de Culleredo.