Churrascadas, sardiñadas y hasta mejillonadas habían protagonizado la parte gastronómica de la fiesta de Boedo, una aldea cullerdense de unos cien habitantes. "Pero cuando llegaba el día la gente ya había ido a veinte churrascadas y quince sardiñadas", explica el secretario de la comisión de fiestas, José Luis Villamisar. En busca de la receta del éxito para sus fiestas, un compañero, Eduardo, propuso realizar una cigalada. "Todos nos reímos. Aquí entendemos de plantar patatas, pero de cigalas no. Como no había una idea mejor, a quince días de la fiesta decidimos apostar por las cigalas. Y ya el primer año fue un éxito. Llevamos 300 kilos y se acabaron", cuenta el secretario.

El boca a boca y la calidad que, asegura, tienen las cigalas cada año, han cuadruplicado la afluencia. Hoy se prepararán casi 1.200 kilos de crustáceos, comprados ayer en el puerto de A Coruña, para servir a unas 2.500 personas con la previsión de batir un nuevo récord, después de que el año pasado los 1.000 kilos que pasaron por la plancha se quedaran cortos. "A las doce de la noche vendimos el último tique", cuenta Villamisar.

"La fiesta ya está consolidada", asegura, por lo que los organizadores se han animado este año a asumir "el riesgo" de comprar más crustáceos. El constante aumento de comensales desde el inicio de la celebración de la cigalada les hace sospechar que, como mucho, se podrán quedar algunos ejemplares para el día siguiente, aunque si la tendencia continúa como en los últimos años, no sobrará ni eso.

"Viene gente de toda la comarca, hay alguna peña que viene en bus desde A Coruña y hasta llegan comensales de Santiago, Guitiriz o Asturias", relata el secretario. "El que viene alguna vez, es raro que no repita. Se corre la voz y si un año vienen cuatro amigos, al siguiente vienen con más. Mucha gente, al marcharse, nos pregunta si el año que viene se celebrará en la misma fecha para planificar así sus vacaciones o días libres y poder venir", detalla Villamisar.

Algunos son familiares de residentes en Boedo. Otros amigos. Y los menos vinculados llegan por el boca a boca, que hoy multiplicará de nuevo por más de 200 la población de este núcleo cullerdense. "Es una fiesta rara, distinta a todas", reflexiona.

Los asistentes podrán disfrutar, a partir de las 19.30 horas, de medio kilo de cigalas, pan y vino por 13 euros. Además, tocarán el grupo Dilema y Metrópolis.