La cigalada de Boedo volvió a abarrotar ayer las fiestas de esta aldea cullerdense. En la décimo quinta edición de la fiesta dedicada al crustáceo, locales, familiares y visitantes, cada vez más numerosos, se acercaron a la fiesta para degustar las cada vez más populares cigalas a la plancha, que en los últimos años han atraído a más de dos mil personas desde que, quince ediciones atrás, comenzaran con unas trescientas.