La plaza Primero de Mayo de A Barcala vuelve a despertar quejas vecinales. Residentes en el entorno de la plaza, recién reformada, aseguran que las lluvias de este domingo embarraron buena parte de la superficie y provocaron atascos en tuberías. El Ayuntamiento aseguró ayer que estaba al tanto de los problemas denunciados y que exigiría soluciones a la empresa contratada para la reforma, dado que la obra todavía no ha sido recepcionada por el Concello, afirmó.

Los vecinos aseguran que la lluvia registrada el domingo arrastró parte de la arena existente en algunas superficies de la plaza, con árboles, y ocasionó el atasco de tuberías. Temen que en invierno, cuando se incremente el volumen de precipitaciones, el nivel del agua pueda llegar a entrar en algunos locales y anegarlos. Residentes en la zona lamentan los reiterados problemas que sufren en el entorno de la plaza Primero de Mayo desde hace años, donde demandaron en numerosas ocasiones una solución para las humedades y filtraciones a los garajes y trasteros de varios edificios procedentes de la plaza. Critican que la reforma que debía solucionar estas deficiencias no ha atajado los problemas del vecindario sino que ha generado otros nuevos.

El Ayuntamiento afirmó ayer, consultado por este diario, que ya tenía conocimiento de los problemas denunciados por los vecinos. El concejal de Urbanismo, Juan González Leirós, aseguró al mediodía que personal del Concello ya se había acercado a la plaza para analizar lo ocurrido y comenzar a buscar soluciones. Garantizó que lo primero que se iba a hacer era limpiar la zona y después estudiar cuál fue el desencadenante de los problemas para ponerle remedio "cuanto antes". Puntualizó que la obra de la remodelación de la plaza todavía no ha sido recepcionada por el Ayuntamiento, por lo que corresponderá a la empresa que ejecuta las obras acometer los trabajos necesarios para solucionar las deficiencias.

Un lustro de problemas

La plaza Primero de Mayo acumula un lustro de protestas vecinales. Las filtraciones y humedades y garajes de los inmuebles colindantes han sido motivo de reiteradas quejas de los residentes en la zona. Tras años de protestas, los vecinos alcanzaron un acuerdo con el Ayuntamiento para repartir los costes de la obra que debía erradicar las filtraciones de agua.

El pacto consistía en que el Concello reformaría la plaza y los vecinos asumirían la impermeabilización del suelo para evitar los problemas de filtraciones en los garajes. El Ayuntamiento incluyó en los presupuestos municipales de 2018 una partida de 240.951 euros. La remodelación debía renovar los pavimentos, instalar mobiliario urbano e iluminación y cambiar la ubicación de los árboles para situarlos en la superficie de la plaza situada sobre tierra, y no en la emplazada sobre los garajes. Los vecinos asumirían la impermeabilización para atajar el foco de las humedades.