Al entrar en uno de los catorce cementerios norteamericanos en la Bretaña francesa, el de Saint James, se ve una capilla, un alto mástil con la bandera de barras y estrellas y una enorme extensión de césped muy cuidado sobre el que destacan las más de 4.400 cruces blancas con varios árboles que les dan sombra. Al llegar a la parcela H, fila 8, tumba 8, la pequeña cruz de mármol dice que allí está enterrado el soldado de primera Andrew Pereiro, del 116 Regimiento de Infantería, División 29 de la Armada norteamericana, fallecido el 1 de septiembre de 1944, procedente de Nueva York.

Diversas publicaciones citan siempre a Manuel Otero, el soldado gallego (de Serra de Outes) que participó y murió en el Desembarco de Normandía, pero nadie recuerda que detrás del nombre de Andrew Pereiro está Andrés Pereiro García, un oleirense de Xoez en Mera que sobrevivió al matadero infernal que supuso el desembarco pero murió poco después, con solo 20 años, tras caer herido en una de las batallas posteriores en La Trinité, cerca de Brest. El investigador e historiador Pepe Conchado, vecino de Arillo y primo hermano de Andrés Pereiro, es quien ha rescatado su memoria.

"Andrés era hijo de Laura, hermana de mi madre. Cuando yo era niño oía hablar mucho de él, de que había muerto en el desembarco. Pero en la familia no se hablaba nada, no se mencionaba nunca porque era doloroso. Mi tía Laura nunca superó su muerte", explica Conchado. Este vecino recuerda que Andrés Pereiro nació el 6 de marzo de 1923 en Xoez. Su padre había emigrado muy joven, en el año 1915, a Estados Unidos. Años después volvió a Mera y se casó allí con Laura.

"Construyeron una casa, que ya no está, con la idea de quedarse para siempre, ir y volver a Estados Unidos, ahorrar dinero y comprar un barco. En 1922 hizo la casa, compró tierras, un motor para el barco y redes. Estaba allá cuando empezó la guerra y en 1936 reclamó a la familia, su mujer y sus dos hijos, Andrés y Juan, que llegaron a Nueva York vía Cuba. Vivieron en el Village, en Cristopher Street. Andrés tenía 15 años cuando llegó. Aprendió inglés muy rápido y estudió estenografía. Hasta los cinco años viviendo allí no conseguías la nacionalidad. Con la Segunda Guerra Mundial, lo llamaron a filas y fue, aunque su madre le suplicó que no, que se fuese a Argentina donde tenían amistades. Era un chico muy cariñoso y su madre no quería perderlo", relata Conchado.

Andrés desembarcó en Normandía el Día D, el 6 de junio de 1944, con el 116 Regimiento de la 29 División de Infantería Americana. Se les había asignado la operación de la playa de Omaha, liderando el avance en la zona oeste. El ataque se planeó para el amanecer, después de un gran bombardeo aéreo y naval sobre las posiciones alemanas. Sobre las 06.30 horas desembarcaron en la playa y miles de soldados fueron masacrados por los alemanes. El regimiento 116 tenía como misión llegar a Pointe de Hoc, donde los supervivientes de otras unidades defendían la posición esperando refuerzos y ante constantes ataques alemanes.

Andrew y sus compañeros llegaron a tiempo de rescatarlos. Después siguieron avanzando hacia el oeste, con combates en varias ciudades, y en uno de ellos falleció Andrés. A la 29 División se le asignó avanzar hacia la ciudad bretona de Brest, participando en el asalto entre el 25 de agosto y el 18 de septiembre. Aunque en la tumba de Andrés Pereiro se dice que murió el 1 de septiembre de 1944, en los registros norteamericanos figura que falleció el 1 de agosto, en la batalla en La Trinité.

"Lo que sabemos es que cayó herido grave y murió en un hospital de campaña. No sabemos la fecha exacta, si el 1 de agosto o el 1 de septiembre", cuenta este familiar. El impacto de la muerte de Andrés fue brutal en la familia, sobre todo en su madre.

"Al haber muerto un hijo, los americanos destinaron al otro, al hermano, a Juan, a servir en un hospital en la isla de Trinidad, fuera de los combates. Los padres consiguieron la nacionalidad, se jubilaron en 1963, el padre trabajaba en los remolcadores, y regresaron a Mera. Yo y mi familia, cuando emigramos a Nueva York, nos quedamos en el piso que ellos dejaron, en el Village. En esta zona vivían muchas familias de Mera, y también de Sada. Juan, el hijo que sobrevivió, se quedó, se fue a vivir a New Jersey, y allí vive un nieto, funcionario de prisiones. Laura, mi tía, la madre de Andrés y Juan, tenía un problema en una mano y quiso operarse en Estados Unidos y de paso ver a su hijo. Pero en el hospital le detectaron algo grave, y murió en la operación. Está enterrada allí".

Pepe Conchado enseña las numerosas fotografías de Andrés, muchas con el uniforme, y de su madre Laura. "Siempre mandaba fotos y cartas muy cariñosas, se acordaba de toda la familia. Por eso fue tanta pena cuando murió". Estos hechos contienen aún otra historia curiosa. Andrés y su hermano Juan, en realidad se llamaban Antonio y Francisco.

"Cuando el padre hizo la reclamación de la familia, la primera vez el Gobierno español no contestó, luego volvió a realizarla pero le dijeron que no podía haber una duplicidad y cambiaron los nombres y al llegar a Estados Unidos Antonio ya era Andrés y Juan, Paco. Mi abuela, madrina de Andrés, siempre le llamó Toniño".

Andrés Pereiro García, de Mera, héroe en Normandía, recibió el Corazón Púrpura, la condecoración que se otorga en nombre del presidente de los Estados Unidos a los heridos o muertos en combate.