El pleno de la Diputación aprobó ayer con los votos favorables de todos los grupos salvo del PP, que se abstuvo, las bases del Plan Único 2020, que distribuirá inicialmente 47,2 millones. Se trata de la aportación más baja desde que se creó este programa unificado de ayudas, una merma que el Gobierno provincial atribuye a la "ausencia de un marco presupuestario" debido a la ausencia de un presupuestos en el Estado. Esta primera fase del Plan Único repartirá en la comarca 9,7 millones.

"Hay que ser prudentes", sostuvo el Ejecutivo (PSOE y BNG), que da recalca que, como en otros años, el plan se incrementará a lo largo del ejercicio con la incorporación de los remanentes. El portavoz del BNG, Xosé Regueira, recordó que el POS de 2019 alcanzó más de cien millones.

Como ya informó este diario, las bases introducen como única novedad que los concellos en situación de "riesgo financiero" con una deuda viva superior al 200% de sus ingresos corrientes puedan destinar a gasto corriente la totalidad de las ayudas, a excepción de los fondos de préstamo. Esta medida fue incluida a petición del Concello de Miño, que solicitó colaboración a la Diputación para aliviar en la medida de lo posible su carga financiera.

El PP se abstuvo y pidió "eliminar la burocracia en la medida de lo posible" y que las bajas de las licitaciones de las obras sean gestionadas directamente por los concellos. El popular Evaristo Ben criticó también que se incluyan en este programa los fondos para reducción de deuda.

El Ejecutivo provincial defendió nuevamente este plan que, destacó, da más autonomía a los concellos para decidir el destino de los fondos. Un argumento al que se aferró para rechazar la propuesta del PP de un plan específico para instalaciones deportivas al entender que detraería fondos del Plan Único, que da más libertad.