El proyecto Ecocomedores gana adeptos. Esta iniciativa, que apuesta por menús escolares a base de producto ecológico de proximidad, suma apoyos y se marca nuevos retos de cara a este curso. Cinco años después de que la Reserva de Biosfera pusiese en marcha esta iniciativa son ya 14 los centros educativos de la comarca que participan en este proyecto que busca proporcionar a los pequeños una dieta sana y equilibrada y colaborar al tiempo con un desarrollo sostenible a través de circuitos cortos de comercialización que contribuyan a dinamizar el rural.

El colegio de Cesuras acogió ayer una jornada en la que participaron por primera vez todos los agentes implicados en este cambio de modelo. Productores, docentes, cocineros de los colegios, responsables de los comedores y las ANPA asistieron a una jornada de formación que contó con la presencia de Nani Moré, la reconocida chef, escritora y activista en defensa de la alimentación ecológica y de proximidad y cabeza visible de la entidad catalana especializada en el sector de los menús ecológicos, Menjadors Eològics.

Este curso los productores y colegios se marcan como reto reducir el consumo de proteína animal y que los escolares consuman un mínimo de 50 gramos de verdura por menú y que esa cantidad llegue a los cien antes del verano. "El objetivo es llegar a los cien en cada comida, que es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, pero vamos poco a poco", explica Beatriz Ferreira , la directora de la escuela infantil A Caracola e impulsora de este proyecto.

Familias, cocineros, productores y docentes se pusieron ayer al frente de los fogones para elaborar y degustar tres platos con productos ecológicos de cercanía con verduras de temporada. Lentejas vegetales con berza gallega, calabaza y cebolla; ensalada con repollo crudo en juliana y arroz con salsa de remolacha, cebolla y calabaza. "Estaba todo riquísimo", apunta una de las productoras.

Una de las dificultades a las que se enfrenta el proyecto es precisamente la trabajar con producto de temporada y por eso en este menú experimental, Nani Moré planteó el reto de buscar alternativas a la tan socorrida salsa de tomate. Los participantes explican que una de las ventajas de trabajar con producto ecológico es que permite reducir el nivel de desperdicios y aprovechar todos los nutrientes. El técnico de la Reserva de Biosfera Miguel Fernández destaca que en estos cinco años han logrado demostrar que se puede suministrar a los centros menús ecológicos con un "precio razonable".

El proyecto se centra de momento en los productos hortícolas. La asociación Alega es la encargad de suministrar la mercancía. El colectivo está formado por Labrecos, A Horta de Sueiriña y la Asociación Raíña. "No se puede tratar al productor como a un proveedor más", destacaba ayer Beatriz Ferreira. La directora de A Caracola apunta a la necesidad de mejorar la coordinación para que esta iniciativa crezca y arraigue: "Hay productores, hay producto, lo que tenemos es que organizarnos", apunta.

Esta docente, los productores y responsables de la Reserva de Biosfera apuntan a la necesidad de apostar por una economía circular y de que los colegios dispongan de cocina para poder educar a los pequeños en algo tan importante como alimentarse de una forma sana y equilibrada.

En las próximas semanas, están previstas reuniones con centros de A Costa da Morte para intentar extender la iniciativa. También con las consellerías de Educación y Medio Rural recabar más apoyos al proyecto.