El organismo Augas de Galicia ha abierto, desde el inicio de las obras, cinco expedientes sancionadores a las empresas que ejecutan las obras de urbanización de la zona residencial y campo de golf de Xaz, por los arrastres de tierras que terminan en el río y desde éste llegan al mar, concretamente a la bahía de Santa Cruz.

Los tres primeros expedientes ya se han resuelto con la imposición de multas que suman 21.500 euros a la empresa que urbaniza la zona donde se levantarán las viviendas.

El pasado 31 de octubre este organismo de la Xunta acordó abrir otros dos nuevos expedientes en los que se prevén multas que pueden llegar a los 30.000 euros. En este caso uno de los expedientes recae sobre la empresa que ejecuta la urbanización, de nuevo, y el otro se impone a la unión temporal de empresas que ejecuta la construcción del campo de golf.

Augas de Galicia subraya que ha actuado dentro de sus competencias, con actuaciones como poner sanciones, ordenar paralizaciones, controles e inspecciones, pero es el Ayuntamiento de Oleiros el "órgano sustantivo encargado de velar por la normativa ambiental en esta obra".

Este órgano recuerda que el Concello emitió la licencia y es la "administración responsable" de que la empresa aplique las medidas para evitar este tipo de afecciones ambientales así como de coordinar y supervisar esa aplicación.

La Xunta por lo tanto advierte a Oleiros que debe tomar "medidas integrales" para que no se repitan estas inundaciones de barro que se producen siempre que llueve desde que comenzaron las obras el año pasado, y buscar una solución global.

Se desconoce, sin embargo, si el Concello de Oleiros en algún momento ha tomado algún tipo de iniciativa para evitar estos arrastres de tierras desde la zona de obras hasta la playa.

De hecho, cuando se produjeron los primeros vertidos masivos, el alcalde, Ángel García Seoane, se limitó a decir que cuando llueve las aguas bajan revueltas en cualquier río. García Seoane además afirmó que este barro venía por las obras de conexión del ámbito con la vía ártabra, es decir, por una obra de equipamiento y beneficio general, y negó que fue por los trabajos en el campo de golf.

Incluso negó una posible contaminación con estos arrastres al considerar que, simplemente, llueve y se embarra todo en cualquier parte. Cuando llovió y pasaron los camiones cargados con madera de las talas en Dexo, el regidor denunció públicamente que se habían destrozado los caminos y habían quedado totalmente embarrados.

Los vecinos de Santa Cruz se han acostumbrado a ver el regato que cruza su parque y toda la bahía de color marrón todos los días que llueve. Y parece que la situación no cambiará hasta que nazca vegetación en el área de un millón de metros cuadrados donde se trabaja en Xaz, una vegetación que agarre la tierra evitando que ésta sea arrastrada por las intensas lluvias a cunetas, afluentes y regatos que llegan al mar.

La veintena de balsas de decantación no han bastado, y tampoco bastará ninguna hasta que haya una cubierta vegetal que contenga el terreno, por ahora totalmente desnudo por los desmontes, rasanteos y demás obras.

A pesar de estos vertidos de tierra continuados que cambian las características del medio marino para la flora y la fauna de la zona, ningún colectivo ecologista ha denunciado estos hechos.

La consellería ha destacado que es el Concello el que debe garantizar que se cumple la normativa ambiental y el que debe tomar medidas también al ser el que autorizó las obras.