El antiguo sanatorio de tuberculosos de O Paraxón, en Oza-Cesuras, ingresó hace doce años en la lista roja del patrimonio y la decrepitud se ha adueñado ya hasta del último rincón de este edificio modernista protegido diseñado por Rafael González Villar. Lo cierto es que este sanatorio ya nació con mal pie, abandonado a su suerte antes de acoger al primer enfermo. Las obras se paralizaron en 1930 y, tras una lenta agonía, el Estado accedió finalmente a la petición del extinto Ayuntamiento de Cesuras y le cedió gratuitamente el edificio y el parque que lo circunda con la condición de que lo dedicase a "parque público y centro de extensión cultural y educativa".

El Concello solo cumplió en parte el compromiso. El parque puede visitarse, pero el edificio nunca albergó a más usuarios que a los curiosos que aún hoy desafían los riesgos y se aventuran a adentrarse en este edificio cubierto de cascotes y a escalar por sus escaleras en ruinas. Todas las promesas políticas para dar vida a este edificio han resultado papel mojado y el Concello ha centrado ahora sus esfuerzos en adecentar el aparcamiento anexo y anuncia un área de autocaravanas que, confía, será todo un revulsivo para el turismo.

El edificio ha sido objeto de varios anuncios de inversión. Ninguno se ha cumplido.

La Xunta prometió una residencia geriátrica. La Consellería de Benestar anunció en 2012 la construcción de un centro de día residencia como "premio" a la fusión. El departamento autonómico afirmó disponer de un anteproyecto y difundió un plano de la obra prevista. Nunca llegó a consignar presupuesto para los trabajos.

El Concello consigna fondos para un lavado de cara del "activo" en ruinas. A solo tres días de las elecciones europeas, el 22 de mayo de 2014, el Concello convocó un pleno para aprobar varias obras largamente demandadas. Entre otras, anunció fondos para adecentar las fachadas, instalar ventanas y cubierta en el sanatorio, al que se refirió como un "activo". "La crisis no permite hacerlo de golpe. Lo primero es recuperar el edificio, evitar males mayores", incidió el alcalde.

El Gobierno local anuncia una escuela de hostelería en febrero de 2015. A tres meses de las elecciones municipales de 2015, el Concello anunció su intención de instalar una escuela de hostelería. El alcalde, Pablo González, matizó que el proyecto estaba todavía en fase de gestación, pero se mostró optimista y afirmó que ya estudiaba vías de financiación.

El Concello prometió en 2018 obras para frenar el deterioro. El 29 de mayo de 2018 el Concello anunció que disponía del visto bueno de Patrimonio para ejecutar una serie de obras que frenasen el deterioro del sanatorio valoradas en 350.000 euros.