La última crecida del río Maior a su paso por Lubre ha incrementado el malestar de los vecinos hacia el proyecto de senda que tramita el Concello de Bergondo, que prevé ejecutar un paseo con alcantarillado incluido a orillas de este río.

Un día después del desbordamiento, un grupo de residentes críticos con la actuación se desplazó hasta el Ayuntamiento para solicitar una reunión con la alcaldesa, Alejandra Pérez para explicarle lo sucedido y expresarle nuevamente sus dudas sobre la conveniencia de instalar alrededor de 1.600 metros de colectores bajo la senda fluvial.

Alertan de que la instalación de esta red hará que aumente el caudal en días de fuertes lluvias y provocará vertidos y lamentan que el Ejecutivo reserve ya fondos en el presupuesto para la expropiación de terrenos sin responder aún a sus alegaciones ni a las del Concello de Sada, la Plataforma en Defensa da Ría de Betanzos e Sada, Anova y los grupos municipales del BNG de Bergondo y Sada.

Alcaldía todavía no ha fijado fecha para este encuentro y desde el Gobierno local defienden un proyecto que, recalcan, ya ha superado evaluación ambiental estratégica y que dotará a Lubre de saneamiento y de "un espacio público de calidad".

"Si ese proyecto se ejecuta, la próxima vez no solo entrará agua en nuestras casas", resumía ayer una de las vecinas afectadas. El BNG de Bergondo se sumó ayer a las críticas. "Lo sucedido con esta última inundación nos da la razón", advirtió ayer su portavoz, David Carro, que alerta del riesgo de que se produzcan vertidos de aguas fecales que acaben en la playa de Sada.

El grupo Vecinos Unidos se sumó ayer a la petición de los residentes en Lubre críticos con la actuación. Su portavoz, Manuel Cotos, apeló también a la conveniencia de separar los colectores del río y prever bombeos que minimicen el riesgo de desbordamientos.