Los dos detenidos por la muerte de un joven durante una fiesta de Nochevieja en Oleiros ya están a disposición judicial. Ambos han sido conducidos esta mañana a los juzgados de A Coruña, a donde han llegado pasadas las diez de la mañana entre una gran expectación. La Guardia Civil investiga a ambos por homicidio, a la espera de conocer los resultados de la autopsia, que serán cruciales para arrojar luz sobre este suceso que sigue rodeado de incógnitas.

El instituto armado investiga si el joven, fallecido, Enrique G.C., de 31 años y vecino de Arteixo, murió por un golpe que le propinó en la sien uno de los detenidos con un cenicero metálico. Los agentes no descartan otras hipótesis, como que el fallecimiento se debiese a un golpe en la cabeza al desplomarse. A falta de conocer los resultados del examen forense, que podría tardar aún unos días, la Guardia Civil se mostraba ayer cauta y reiteraba que la causa del fallecimiento todavía no estaba definida.

Los detenidos, D.M.E., de 27 años, y H.V.R. de 33, ambos vecinos de A Coruña, permanecían ayer en el cuartel de Lonzas. A lo largo del día prestaron declaración numerosos testigos de la reyerta, que se inició en los salones del hotel Aticca de Bastiagueiro alrededor de las seis de la madrugada y que se trasladó al exterior.

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Un hombre fallece tras una pelea en Bastiagueiro

El detonante de la riña entre los dos grupos sigue sin esclarecerse y, según ha podido saber este diario, las versiones difieren. Lo único confirmado es que el fallecido, que se había casado recientemente, había acudido a la fiesta con su familia y que, por causas que todavía se investigan, se produjo un enfrentamiento con un grupo de jóvenes. Algunos testigos relataron que el enfrentamiento comenzó en la pista de baile y se saldó inicialmente con unos empujones, pero que después fue a más hasta concluir trágicamente en el exterior. Esta versión va en la línea del relato que ofreció un testigo a este medio, que afirmó que la riña se había disuelto en los salones y que la familia abandonaba el recinto cuando fue increpada por uno de los detenidos, que se enfrentó con el fallecido.

Se trata solo de una de las versiones que deberán analizar los agentes para intentar reconstruir lo ocurrido. Enrique G. C. murió minutos después de desplomarse sin que ni su familia ni los agentes que se desplazaron hasta el punto pudiesen hacer nada para evitarlo. Los sanitarios solo pudieron certificar su muerte.

Una hora después del fallecimiento y tras tomar declaración a varios testigos, la Guardia Civil detuvo al supuesto agresor, D.M.E., de 27 años. Poco después arrestó al segundo implicado, al que investiga también por un posible homicidio. Este diario intentó ayer sin éxito saber qué acciones imputan a cada uno de los arrestados, pero el instituto armado evita entrar en detalles y apela a la prudencia hasta conocer los resultados de la autopsia y finalizar las declaraciones.